Haz que tus hijos escriban sus propias historias

Virgilio Postigo
7 min readFeb 19, 2022

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¿A tus hijos le gusta escribir? Sí es así intenta fomentar en ellos la escritura creativa desde pequeños. Una actividad que les ayudará a ampliar su vocabulario, a mejorar su aprendizaje de la lengua y a promover su gusto por la lectura. Además mejorará su memoria, creatividad, imaginación y concentración. Un lápiz en manos de un niño puede ser una varita mágica de la que surjan mundos y personajes maravillosos.

Imagen de un niño escribiendo una historia (fuente wikimedia commons)

Para facilitar que tus hijos puedan escribir sus propias historias te propongo que les ayudes utilizando un sencillo método en cuatro pasos que te presento en este artículo, los cuatro pasos serían:

  1. Generar la idea de la que surja la historia
  2. Darle un título y hacer un resumen de la historia
  3. Crear la estructura de la historia (introducción, nudo y desenlace)
  4. Escribir la historia

1) Generar la idea de la que surja la historia

Esta suele ser la parte más difícil ¿sobre qué pueden escribir tus hijos? Para hacerla más sencilla te propongo utilizar una aplicación generadora de ideas que he creado con el lenguaje de programación Scratch, que se utiliza para enseñar a los niños a aprender a programar. Pulsa el siguiente enlace para utilizar esta aplicación generadora de ideas:

https://scratch.mit.edu/projects/520690443

En la pantalla aparecerá una bandera verde que hay que pulsar para que se generen aleatoriamente un PERSONAJE, un ELEMENTO y un LUGAR que hay que combinar para escribir la historia. Por ejemplo, he pulsado la bandera verde y me ha salido lo siguiente:

Combinar un personaje, elemento y lugar para escribir una historia

Habría que escribir una historia donde uno de los personajes sería un ALIENÍGENA, habría que utilizar un elemento que fuera una LUPA y la mayoría de la acción transcurriría en una CASA. ¿parece una combinación rara no? recuerda que las historias más creativas proceden de combinar elementos que en principio no guardan relación entre sí.

2) Darle un título y hacer un resumen de la historia

Antes de empezar a escribir es conveniente pensar en un pequeño resumen de la historia que queremos contar. Por ejemplo, utilizando los elementos del punto anterior se me ocurre el siguiente resumen de la historia que quiero contar:

El protagonista es Nicolás, un niño al que castigan sus padres sin salir de casa por suspender un examen de mates, como parte de ese castigo no le dan la propina que necesita para comprar un tebeo de Mortadelo. Buscando dinero para poder comprarlo encuentra un marciano diminuto al que sólo puede ver con ayuda de una lupa. El pequeño marciano le cuenta que ha venido a La Tierra para educar a los niños a cuidar de su bello planeta ya que los humanos están acabando con él. Al final de la historia, el niño, con la ayuda del marciano, empieza a adquirir mejores hábitos para cuidar del planeta y transmite esos hábitos a sus padres.

¿Qué título se os ocurre darle a esta historia? Pues a mí se me ocurre “El pequeño marciano”.

3) Crear la estructura de la historia (introducción, nudo y desenlace)

Antes de comenzar a escribir la historia, es conveniente que los niños le den una estructura. Podéis recomendarles que utilicen las tres partes que suelen tener las historias tradicionales: 1) la introducción (dónde comienza la historia, se plantea el escenario y una pequeña presentación de los personajes), 2) el nudo (esta es la parte central del cuento, donde se desarrolla todo el conflicto de la historia) y 3) el desenlace (esta es la parte donde el conflicto de la historia se resuelve).

Por ejemplo, el cuento de Los Tres Cerditos comienza contando como cada cerdito construye una casa en función de su carácter, continúa con el lobo destruyendo las casas de los dos cerditos más jóvenes para comérselos y termina con la huida del lobo tras ser vencido por el cerdito mayor que ha trabajado mucho para construir una casa que no pueda ser destruida por el lobo.

La introducción de nuestra historia podría contener los siguientes hechos:

El protagonista es Nicolás, un niño al que castigan sus padres sin salir de casa por suspender un examen de mates, como parte de ese castigo no le dan la propina que necesita para comprar un tebeo de Mortadelo y entonces busca por su casa algo de dinero para poder comprarlo.

El nudo de la historia podría contener los siguientes hechos:

Mientras Nicolás busca dinero en un sofá encuentra un marciano diminuto al que sólo puede ver con ayuda de una lupa. El pequeño marciano le cuenta que ha venido a La Tierra para educar a los niños a cuidar de su bello planeta ya que los humanos están acabando con él, y empieza a enseñarle buenos hábitos para ello.

El desenlace de la historia podría contener los siguientes hechos:

Al final de la historia, el niño, con la ayuda del marciano, empieza a adquirir mejores hábitos para cuidar del planeta y transmite esos hábitos a sus padres.

4) Escribir la historia

¿Ya tenemos un título, un resumen y una estructura de nuestra historia? Pues ya sólo nos queda escribirla.

Adjunto a continuación un ejemplo sencillo de como podría escribirse la historia cuya idea, título y estructura hemos escrito en las secciones anteriores. La historia tiene tres párrafos, correspondiendo el primero a la introducción, el segundo al nudo y el tercero al desenlace. La he escrito en primera persona porque entiendo que a los niños les será más sencillo utilizar esta voz de narrador.

El pequeño marciano

— ¡Nicolás, este fin de semana te quedarás sin propina y no podrás salir con tus amigos! — me dijeron mis padres por haber suspendido el examen de mates. No escucharon mis explicaciones, ni mi promesa de que estudiaría más para mejorar esa nota, y ni siquiera me hicieron caso cuando les pedí que me dieran al menos el dinero para comprar el Mortadelo de aquella semana. Si dejaba de comprar ese cuento sería una catástrofe para mi colección. Tras unos buenos berrinches, me calmé y pensé en cómo podría conseguir el dinero para aquel tebeo. Enseguida pensé en sacar el dinero de mi hucha, pero al ir a por ella vi que mis padres la habían escondido para aumentar el castigo; me volví a enfadar y me mordí los labios con fuerza, pero antes de empezar a llorar de nuevo me fijé en aquel sillón.

Me acordé de que mi padre se suele sentar en él para ver la tele, y que al estirar las piernas hacia el sofá grande algunas veces las monedas se caen de sus bolsillos y se meten entre sus rendijas. Se me ocurrió rebuscar bien en el sillón hasta encontrar las monedas necesarias para comprar mi Mortadelo. Dicho y hecho, ahí estaba yo metiendo la mano hasta el fondo, sonreí cuando saqué una moneda de dos euros tan valiosa como un tesoro, volví a meter el brazo y ¡Ay! Algo me pinchó. Saqué la mano para ver si se me había clavado un alfiler, pero lo que vi fue un objeto rojo y redondeado; tomé la lupa para ver que era aquello y pegué un brinco al ver que era un ser diminuto que me estaba sonriendo. Una voz empezó a sonar dentro de mi cabeza, aquel ser estaba hablando directamente a mi cerebro sin necesidad de abrir la boca. Me explicó que era un marciano y que su nombre era Jorel, que ellos son así de pequeños y que estaba de misión en La Tierra para investigar a los seres humanos. Me dijo que no le había gustado mucho lo que había visto; que no comprendía como los terrícolas estábamos contaminado tanto el planeta tan bonito en el que nos había tocado vivir. Pero no perdía la esperanza en nosotros, ya que habían descubierto que si nos explicaban bien estas cosas a los niños, cuando fuéramos mayores haríamos las cosas mejor que nuestros padres. A continuación, me dijo que habían enviado muchos marcianos para hablar con cada uno de los niños de La Tierra para explicarnos como debíamos tratar nuestro planeta y así pudiéramos después también educar a nuestros padres. Yo era el niño que le habían asignado a Jorel, me dijo que no debía decir nada a mis padres de todo aquello; se lo prometí y enseguida nos hicimos amigos, teníamos tanto que aprender el uno del otro.

Al volver aquel lunes de clase me llevé una gran alegría al encontrar encima de mi cama el Mortadelo de aquella semana, le di las gracias a mi madre por habérmelo comprado y le dije que a partir de entonces iría en bicicleta al colegio, que los coches contaminan mucho, mi madre se sorprendió de aquello y también cuando le dije que debíamos comer menos carne y más vegetales. Tienen que aprender tanto los adultos de cómo cuidar el planeta, es una misión para Jorel y Nicolás.

Bueno, ya sólo te queda animar a tus hijos a que escriban tus propias historias, mucha suerte con ello.

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© Virgilio Postigo Cubo. Febrero de 2022.

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Virgilio Postigo

Telecommunications Engineer based in Madrid, Spain. Interested in technology, writing, education, psychology, health, environment, and improvement of society.