Enseña a tus hijos a gestionar las situaciones buenas y las situaciones malas

Virgilio Postigo
12 min readDec 20, 2023

Este artículo tiene como objetivo aportar recursos educativos que puedas usar para enseñar a los niños a gestionar las situaciones buenas y las situaciones malas que les puedan ocurrir en la vida, que es uno de los aspectos más importantes para su desarrollo integral. Espero que te sea de interés para trabajarlo con tus hijos, primero que lean el cuento que se incluye titulado “¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!”, y después trabajad el resto de las actividades. Puedes compartir el artículo con las personas de tu entorno que pienses que puedan estar interesadas.

Este artículo es uno de los capítulos del libro titulado “Educa en valores a tus hijos y conviérteles en Superhéroes” que es un manual para asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros hijos mediante el fomento y desarrollo de sus valores fundamentales. En el período del 18 al 22 de diciembre pondré para descarga gratuita la versión Kindle de este libro por si quieres empezar a utilizarlo en estas vacaciones de Navidad con tus hijos.

1) Lectura del cuento “¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!”

En un pequeño pueblo de China, hace muchísimo tiempo, vivía un campesino junto a su único hijo. Los dos pasaban sus días trabajando en el campo, usando solo la fuerza de sus manos. Era un trabajo duro, pero lo hacían con alegría y nunca se quejaban.

Un día, un caballo salvaje y majestuoso bajó corriendo desde las montañas hasta su granja, atraído por el delicioso olor de sus pastos. El joven hijo del campesino lo vio y pensó: ¡Guau, este caballo es asombroso! ¡Nos ayudará mucho en nuestras tareas!

Sin dudarlo, corrió y cerró la puerta del corral para que no pudiera escapar. En poco tiempo, la noticia se propagó por todo el pueblo. Los vecinos vinieron a felicitar a los granjeros. ¡Un caballo tan impresionante no aparece todos los días!

El alcalde, emocionado, abrazó al campesino y le dijo:

— ¡Tienes un caballo increíble que no costó ni una moneda! ¡Eso es tener buena suerte!

El campesino, sin inmutarse, respondió:

— ¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!

Los vecinos se miraron confundidos, sin entender sus palabras. ¿Cómo podía no sentirse afortunado de haber obtenido aquel hermoso caballo? Se marcharon, desconcertados.

Al día siguiente, al despertar, el campesino y su hijo descubrieron que el caballo había escapado, saltando la cerca para regresar a las montañas. La gente del pueblo volvió a visitar al granjero, esta vez con pesar en sus corazones. Uno de ellos habló en nombre de todos:

— Lo siento mucho, es una pena que el caballo se haya escapado. ¡Qué mala suerte!

Una vez más, el campesino respondió con calma:

— ¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!

Los vecinos no podían entender que el campesino no estuviera apenado al perder aquel caballo, pero no se atrevieron a preguntar más.

Días después, el caballo regresó acompañado de una yegua y varios potros. Un niño que lo vio corrió emocionado a contárselo a todos. Mucha gente fue a felicitar al campesino, pero su actitud los desconcertó. A pesar de la situación inusual, seguía estando tan tranquilo. Una mujer finalmente preguntó:

— Pero ¿Cómo? ¿No te alegras? Has recuperado el caballo que se te escapó y has obtenido muchos más. ¡Podrás venderlos y hacerte rico sin hacer nada! ¡Tienes mucha suerte!

El campesino suspiró y respondió:

— ¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!

Los vecinos no podían entender que el campesino no diera gracias por su buena fortuna.

Con el tiempo, el hijo del campesino decidió domar a los caballos. Primero eligió a la yegua que no era tan mansa como parecía, y le lanzó al suelo, rompiéndole la pierna. El panadero, corriendo desde su panadería, le dijo al campesino:

— ¡Lo siento por tu hijo! ¡Qué desgracia, qué mala suerte ha tenido al romperse la pierna!

El campesino respondió, como siempre:

— ¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!

Los vecinos estaban cada vez más desconcertados por las respuestas del campesino, y empezaron a pensar que no estaba bien de la cabeza.

El hijo pasó los días en cama mientras se curaba, aburrido, mirando por la ventana. Una tarde, el ejército llegó al pueblo, reclutando a jóvenes mayores de dieciocho años para participar en una guerra que acababa de estallar. Los soldados llamaron a la puerta del campesino, quien los llevó a la habitación de su hijo. Al ver su estado, los soldados lo consideraron incapacitado para la guerra y continuaron buscando reclutas en las otras casas del pueblo.

Los vecinos visitaron nuevamente al campesino. Uno de ellos exclamó:

— Nuestros hijos han sido reclutados para la guerra, muchos de ellos morirán en la batalla, pero el tuyo se ha librado. ¡Qué suerte tienes!

Ya sabéis cual fue la respuesta del campesino:

— ¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!

2) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento

2.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento

  • ¿Dónde vivían el campesino protagonista del cuento y su hijo?
  • ¿Cómo pasaban sus días el campesino y su hijo?
  • ¿Qué ocurrió un día cuando un caballo salvaje llegó a su granja?
  • ¿Cómo reaccionaron los vecinos al enterarse de la llegada del caballo?
  • ¿Cómo se sintió el campesino cuando el alcalde le dijo que tenía suerte?
  • ¿Qué ocurrió al día siguiente después de que el caballo escapó?
  • ¿Cómo se sintieron los vecinos esta vez?
  • ¿Qué sucedió cuando el caballo regresó con más yeguas y potros?
  • ¿Qué le sucedió al hijo cuando intentó montar una yegua?
  • ¿Cómo reaccionó el panadero al enterarse de la lesión del hijo del campesino?
  • ¿Por qué los vecinos encontraban extraña la actitud del campesino?
  • ¿Qué hizo el ejército en el pueblo y por qué?
  • ¿Cómo reaccionaron los soldados al ver al hijo del campesino?
  • ¿Qué opinaban los vecinos sobre la suerte del hijo del campesino en comparación con sus propios hijos?
  • ¿Por qué piensas que el campesino siempre respondía con la frase “¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!”?

2.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento, o bien saltar al siguiente punto para revisar las enseñanzas del cuento.

2.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:

  • Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
  • También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
  • Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 3 de este artículo.
  • Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 4 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a gestionar las situaciones buenas y las situaciones malas que les puedan ocurrir en la vida, que es uno de los aspectos más importantes para su desarrollo integral.

3) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento

Los niños pueden extraer varias enseñanzas importantes de este cuento:

La vida está llena de altibajos y hay que aprender a gestionarlos. A lo largo de la historia, el campesino y su hijo experimentan tanto momentos aparentemente buenos como malos. Esto les enseña a los niños que la vida puede ser impredecible y que a veces las cosas pueden cambiar rápidamente. Por tanto, los niños deben aprender que:

  • Pueden ocurrir cosas buenas y malas
  • Que hay que aceptar tanto las cosas buenas como las malas, porque no se puede negar la realidad.
  • Que hay que aprender a gestionar tanto las cosas buenas como las malas de forma flexible y serena. Para la gestión de las cosas malas, es necesario que los niños acepten los problemas que surjan en tu vida, los analicen sin pasión y, en la medida de lo posible, los utilicen para generar oportunidades de mejora y crecimiento a partir de esos obstáculos.

La actitud es lo más importante: A pesar de los desafíos y cambios inesperados, el campesino mantiene una actitud tranquila y equilibrada. Esto muestra a los niños que la forma en que enfrentamos los desafíos y las sorpresas de la vida puede marcar la diferencia en cómo nos sentimos. Los filósofos estoicos opinan que es más importante la interpretación que demos a las cosas que nos suceden que las propias cosas que nos suceden. Como ves en el cuento, el campesino da una interpretación más flexible a las cosas que le suceden que la interpretación que le dan sus vecinos, eso le permite al campesino gestionar mejor las situaciones.

La suerte es relativa: A veces, lo que parece bueno al principio puede volverse complicado, y lo que parece malo puede terminar siendo positivo. Por eso, ¿suerte? ¿desgracia? ¡Quién sabe! El campesino constantemente cuestiona si las situaciones son de buena suerte o mala suerte. Esto les enseña a los niños que la suerte es una cuestión de perspectiva y que a menudo no sabemos cómo una situación se desarrollará a largo plazo.

No juzgar las situaciones de inmediato: El cuento muestra que es importante no apresurarse a juzgar si una situación es buena o mala, ya que las circunstancias pueden cambiar y dar un giro inesperado.

La importancia de la paciencia: El cuento muestra que a veces, aunque algo parezca malo al principio, puede resultar beneficioso con el tiempo. Esto destaca la importancia de ser paciente y no perder la esperanza cuando se enfrentan desafíos.

No siempre hay respuestas claras: La frase del campesino, “¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!”, enfatiza que la vida no siempre tiene respuestas claras o definitivas. Los niños aprenden que a veces no podemos entender completamente por qué suceden las cosas y por tanto, debemos aceptar esas incertidumbres de la vida y aprender a gestionarlas.

En resumen, este cuento ofrece valiosas lecciones sobre la perspectiva, la actitud y la naturaleza impredecible de la vida, enseñando a los niños a ser flexibles y afrontar los desafíos con una mente abierta y positiva.

4) Ejemplo práctico: enseñar a los niños a gestionar las situaciones buenas y las situaciones malas

En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a gestionar las situaciones buenas y las situaciones malas que les puedan ocurrir en la vida, que es uno de los aspectos más importantes para su desarrollo integral.

Algunos consejos para enseñar a los niños a gestionar las situaciones buenas que les ocurren:

  • Fomentar la gratitud: Anima a los niños a ser agradecidos por las cosas buenas que les suceden. Puedes hacerlo alentándolos a mantener un diario de agradecimiento, donde escriban lo que están agradecidos por cada día. Ejemplo: Si un niño recibe un regalo especial, puedes pedirle que escriba una nota de agradecimiento y que comparta su alegría con quien le dio el regalo.
  • Compartir la felicidad: Enséñales a compartir su felicidad con los demás. La felicidad es aún mayor cuando se comparte. Anímalos a compartir con sus amigos o familiares sus logros y alegrías. Ejemplo: Si un niño obtiene buenas calificaciones en una asignatura, puedes sugerir que comparta sus conocimientos con un amigo que pueda necesitar ayuda en esa materia.
  • Promover la responsabilidad: Ayuda a los niños a comprender que las cosas buenas conllevan responsabilidades. Puedes enseñarles a cuidar de sus pertenencias y usarlas de manera adecuada. Ejemplo: Si un niño recibe un dispositivo electrónico como regalo, explícale la importancia de cuidarlo y usarlo con responsabilidad, por ejemplo, usándolo un tiempo limitado al día.

Ten en cuenta que la mala gestión de una buena situación puede tener consecuencias catastróficas. Por ejemplo, ¿Piensas que es siempre bueno que toque la lotería? La respuesta sería que no siempre es bueno, dependerá de cómo gestiones esa situación. Hay estadísticas que muestran que ganar la lotería puede afectar a las personas positiva o negativamente. Según un estudio de CreditDonkey, el 70% de los ganadores de la lotería pierden todo su dinero en un plazo de cinco años. Otro estudio sugiere que ganar la lotería puede aumentar temporalmente la satisfacción con la vida, pero no necesariamente la felicidad a largo plazo. Los cambios de vida que provoca el que te toque la lotería puede empeorar tus relaciones con tu familia o amigos si no gestionas bien esta situación. Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y que los efectos de ganar la lotería pueden variar. Sin embargo, hay algunas cosas que los ganadores de la lotería pueden hacer para evitar las consecuencias negativas. Algunos consejos incluyen contratar a un equipo de expertos financieros, evitar gastar todo el dinero de forma impulsiva, considerar opciones de inversión y evitar préstamos y deudas arriesgadas.

Algunos consejos para enseñar a los niños a gestionar las situaciones malas que les ocurran:

  • Afrontar las emociones: Enséñales que está bien sentirse tristes, enojados o frustrados cuando algo malo sucede. Anímalos a expresar sus emociones y hablar sobre lo que sienten. Ejemplo: Si un niño tiene un mal día en la escuela, escucha sus preocupaciones y ayúdale a entender sus emociones sin juzgarlas.
  • Enseñar la resiliencia: Explícales que los momentos difíciles pueden ser oportunidades para crecer y aprender. Anímalos a ver los desafíos como obstáculos temporales que pueden superar. Ejemplo: Si un niño no aprueba un examen, puedes utilizarlo como una oportunidad para mejorar su forma de estudiar, trabajando el planificar y organizar mejor sus estudios.
  • Buscar apoyo: Enséñales que está bien pedir ayuda cuando lo necesitan. Pueden acudir a padres, maestros o amigos en busca de apoyo emocional y consejo. Ejemplo: Si un niño se siente abrumado por una situación difícil, puedes sugerirle que hable con un adulto de confianza para obtener orientación y apoyo.

¿Piensas que hay situaciones tan malas que es imposibles gestionarlas? Si piensas eso quizás deberías usar más tu creatividad para intentar gestionarlas. Por ejemplo, ¿Piensas que estar preso en un campo de concentración Nazi durante la segunda guerra mundial era una situación dónde la única opción posible era darse por vencido y esperar a que llegara tu muerte? Pues había una persona que no opinaba eso, y se esforzó por gestionar esa situación de la mejor forma posible. Esa persona era Viktor Frankl, un psiquiatra y prisionero en campos de concentración Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, logró gestionar la adversidad al desarrollar una perspectiva psicológica única. A pesar de las condiciones extremas, Frankl descubrió que, incluso en medio del sufrimiento, los prisioneros podían encontrar un sentido para sus vidas. Basándose en la idea de que la búsqueda de significado es una motivación fundamental, desarrolló la Logoterapia, una escuela de psicoterapia centrada en encontrar propósito y sentido en la existencia. Frankl sobrevivió enfocándose en un propósito más allá del sufrimiento inmediato, como el amor por su esposa y su deseo de contribuir al mundo con sus ideas. Después de la liberación, plasmó estas experiencias en su influyente obra “El hombre en busca de sentido”. En este libro, comparte sus reflexiones sobre la importancia de encontrar significado en la vida incluso en circunstancias extremas, lo que ha dejado una profunda huella en la psicología y ha inspirado a muchas personas a encontrar significado y propósito en medio de las dificultades. La historia de Frankl es un testimonio poderoso de la resiliencia humana y la capacidad de encontrar esperanza incluso en las situaciones más desesperadas.

Enseñar a los niños a gestionar tanto las situaciones buenas como las situaciones malas les ayudará a desarrollar habilidades emocionales y afrontar los desafíos de la vida de manera saludable y positiva.

5) Origen del cuento “¿Suerte? ¿Desgracia? ¡Quién sabe!”

Este cuento es una adaptación de una fábula procedente de China que nos habla de las aventuras de un viejo, su hijo y un caballo. Este cuento nos enseña que nunca se sabe lo que la vida nos depara. A veces nos pasan cosas que parecen buenas pero que al final se complican y nos causan problemas. En cambio, en otras ocasiones, nos suceden cosas desagradables que tienen un final feliz y mucho mejor del que esperábamos. Lo importante es que aprendamos a aceptar y gestionar todo lo que nos sucede de forma flexible y equilibrada, tanto las cosas que percibamos inicialmente como buenas como las cosas que percibamos como malas. Por eso: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte?… ¡Quién sabe!

Este artículo es uno de los capítulos del libro “Educa en valores a tus hijos y conviérteles en Superhéroes” que es un manual para asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros hijos mediante el fomento y desarrollo de sus valores fundamentales.

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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.

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Virgilio Postigo

Telecommunications Engineer based in Madrid, Spain. Interested in technology, writing, education, psychology, health, environment, and improvement of society.