¿Cómo actuaría un filósofo estoico en la sociedad y en el mundo actual?

Virgilio Postigo
7 min readFeb 18, 2023
Todos pertenecemos a la misma especie humana y vivimos en el mismo planeta (fuente Wikimedia Commons)

Introducción

La filosofía estoica puede parecer contradictoria en relación con el comportamiento que debemos seguir con respecto a la sociedad y el mundo en el que vivimos:

Por un lado, nos indica que debemos dedicar nuestros esfuerzos a lo que podemos controlar: nuestros pensamientos y nuestras acciones y tratar todo lo demás con ecuanimidad.

«Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Las cosas bajo nuestro control son opinión, persecución, deseo, aversión y, en una palabra, lo que sea que sean nuestras propias acciones. Las cosas que no están bajo nuestro control son el cuerpo, la propiedad, la reputación, el mando y, en una palabra, lo que no son nuestras acciones». Epícteto.

Por otro lado, los estoicos opinan que todas las personas son manifestaciones del único espíritu universal y deben vivir en amor fraternal y ayudarse mutuamente. También opinan que el universo es un todo armonioso y causalmente relacionado (es decir, todo está relacionado por una serie de causas), que se rige por un principio activo, el Logos cósmico y universal del que el hombre también participa. De acuerdo con estas ideas todos los seres deberían estar hermanados, no tiene por ejemplo sentido que unos pueblos entren en guerra con otros ya que son hermanos. También opinan que deberíamos vivir en armonía con todo lo que nos rodea, y, por tanto, no tienen sentido acciones que los seres humanos hacemos como por ejemplo contaminar el planeta en el que vivimos rompiendo esta armonía. La filosofía estoica anima a seguir a la naturaleza y a emplear las virtudes cardinales para producir mejoras en la sociedad humana de la que formamos parte, pensando más en las necesidades colectivas que en nuestras necesidades individuales.

«Aquello que no es bueno para la colmena, no puede ser bueno para las abejas». Marco Aurelio

Con respecto a la gestión de esta contradicción mi opinión sería la siguiente:

Primero es necesario que consigamos nuestro equilibrio interior que nos permita gestionar con serenidad todo lo que nos llegue del exterior sea positivo o negativo (de la sociedad y del mundo en general).

Y segundo, una vez conseguido este equilibrio interior, utiliza el empleo de las cuatro virtudes cardinales estoicas (sabiduría, templanza, justicia y coraje) para mejorar la sociedad que te rodea, para todo lo que consigas enhorabuena, y de lo que no consigas no te entristezcas, no todos los resultados están a tu alcance, has hecho lo que has podido.

Ante las personas que preguntan ¿Por qué alguien quiere seguir la filosofía estoica, sí estamos viviendo en una sociedad que ha sido corrupta por muchos años y que prácticamente los principios estoicos chocan frontalmente con nuestra realidad?

Yo les respondería: Deja de quejarte de los defectos de la sociedad en la que vives y trabaja por mejorarla, sé una fuente de inspiración para los que te rodean, para que entre todos podamos mejorarla.

A continuación, vamos a dar unas recomendaciones de cómo comportarnos en la sociedad y en el mundo actual siguiendo la filosofía estoica.

Realiza acciones para mejorar la sociedad

«El hombre sabio se involucrará en los asuntos públicos a menos que algo se lo impida». Zenón de Citio.

Los estoicos se diferenciaban de otras escuelas filosóficas de la antigüedad en que estaban a favor de actuar en la sociedad y en el mundo para mejorar las cosas mediante el empleo de las cuatro virtudes cardinales. Los estoicos veían su responsabilidad en términos de círculos concéntricos cada vez mayores: desde la preservación del yo hasta el cuidado de la familia, de la familia extendida, de los conciudadanos, de los compatriotas y, finalmente, de toda la raza humana. Los estoicos decían que el trabajo más importante de un estudiante de filosofía es el acto de convertir las palabras en obras. Convertir las lecciones en acciones en el mundo real.

Siguiendo estos principios, identifica aspectos de mejora en la sociedad en la que vives y realiza acciones de mejora sobre éstos.

Haz cosas buenas para las personas que te rodean, para la sociedad y para el mundo en general

«El bien de una persona sabia es el altruismo. Para lo que hemos nacido. Eso no es nada nuevo. ¿Recuerdas?». Marco Aurelio.

Una y otra vez, los estoicos hablan de comunidad, asociación, compañerismo, vecindad y de nuestra relación con un todo mayor. Incluso tenían una palabra para esto: sympatheia (“conexión con el cosmos”). Así que tu trabajo hoy, e idealmente cada día es salir a tu comunidad y hacer algo bueno.
Puede ser algo pequeño o grande. Puede ser costoso o barato, puede ser tu tiempo o tu trabajo o cualquier otra cosa de valor… para otras personas. Ofrécete a hacerle unas compras a tu vecino anciano. Colabora con alguna causa benéfica como, por ejemplo, los bancos de alimentos para personas necesitadas. Realiza acciones para cuidar el medio ambiente como, por ejemplo, evitar desplazamientos en coche particular. Ve a ver a alguien que pueda estar solo. Ofrécete para ayudar a un compañero de trabajo en su cometido. Puede ser haciendo un poco aquí, un poco allá. Piensa en cómo puedes mejorar el día de otras personas y del mundo en general. Es tu trabajo pensar en esto. Es tu trabajo tratar de aligerar la carga de los demás, ser útil y ser una fuerza positiva en el mundo.

No juzgues a otras personas

«Sé tolerante con los demás y estricto contigo mismo». Marco Aurelio.

El estoicismo no es una filosofía social que se supone que debes proyectar en el mundo y aplicar a los demás. Es una filosofía personal que está diseñada para dirigir tu propio comportamiento. Un estoico está abierto a la idea de que a veces las personas se van a comportar de forma idiota o poco fiable o cualquier otra cosa… lo que sea. Por un lado, los estoicos opinan que dejemos que otras personas sean como sean, aunque se comporten de forma poco sabia, es algo que no está bajo nuestro control. Pero, por otro lado, los estoicos opinan que debes realizar acciones para mejorar la sociedad, así que creo que es tu responsabilidad ver si puedes ayudar a esa persona a mejorar su comportamiento sin hacerlo de forma intrusiva u obligándole a ello, por ejemplo, si se comporta mal respóndele con un buen comportamiento para que esta persona reflexione sobre sus actos en base a tu ejemplo. Los estoicos opinan que, igual que deberías ser caritativo con los demás, deberías ser disciplinado contigo mismo y con tus reacciones. Si alguien hace el ridículo, déjalo, o ayúdalo a mejorar si fuera posible. Si tú actúas de forma ridícula, detecta el problema, detenlo y trabaja para evitar que ocurra en el futuro. Lo que tú hagas está bajo tu control. Es asunto tuyo. Sé estricto al respecto. Personalmente, creo que juzgar a una persona puede romper las barreras de comunicación entre ella y tú, y por tanto hacer más difícil que se pueda resolver el problema que tengáis entre ella y tú. La Madre Teresa de Calcuta también dijo: Si juzgas a las personas, no tendrás tiempo para amarlas.

Respecto a la elección de las emociones con el que relacionarnos con otras personas elige el asa benéfica

«Toda cosa tiene dos asas, una que sirve para llevarla y otra que no. Si tu hermano comete faltas, no lo agarres de la primera, del hecho que cometa faltas (pues este esa es la que no sirve para llevarlo); agárralo mejor de la segunda, del hecho de que es tu hermano, porque ha sido criado contigo: así lo tomarás por la que sirve para llevarlo». Epícteto.

Epícteto dijo que cada situación tiene dos asas: una que soportará el peso y otra que probablemente no lo hará. Nosotros elegimos, decía, a qué asa agarrarnos. Elegimos si tratamos de ver lo mejor de la gente o lo peor. Elegimos si buscamos la ira o la comprensión. Un hombre en un gran camión te corta el paso en el tráfico. ¿Qué vas a pensar? ¿Qué es un imbécil al que hay que pitar y gritar? ¿O que probablemente es una persona honorable que no te ha visto? Una mujer se cruza delante de ti en el supermercado. ¿Es una amenaza para la sociedad que rompe las reglas? ¿O es una buena persona que no te ha visto y que tiene prisa por recoger a su hija del colegio? Tu padre hace tiempo que no te llama. ¿Es porque no te quiere, o simplemente está respetando tu espacio, pensando que prefieres que no te llame?
Cada día está lleno de estas situaciones. Nos presenta dos opciones, dos asideros. Depende de nosotros decidir cuál vamos a utilizar. Podemos ir por ahí pensando que todo el mundo es un monstruo y que va a por nosotros. O podemos tratar de pensar en el escenario menos obvio, pero mucho más probable: que están pasando por sus propios problemas al igual que nosotros. Que cometen errores, igual que nosotros. Y que todos nos llevaríamos mejor (y estaríamos menos molestos) si eligiéramos la postura caritativa -la postura del perdón- en la medida de lo posible.

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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.

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Virgilio Postigo

Telecommunications Engineer based in Madrid, Spain. Interested in technology, writing, education, psychology, health, environment, and improvement of society.