Cuentos para educar: “Los seis sabios ciegos y el elefante”

Virgilio Postigo
10 min readDec 26, 2022

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1) Introducción

Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados Cuentos para educar donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:

  • 1) Primero que lean el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
  • 2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
  • 3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a ver las cosas desde diferentes perspectivas

Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.

2) Lectura del cuento “Los seis sabios ciegos y el elefante”

En la India vivían seis sabios ciegos que siempre estaban compitiendo entre ellos para ver quién era el más culto, aprovechaban cualquier tema que surgiera para demostrar sus conocimientos sobre el mismo, y no dejaban de discutir hasta que uno de ellos convencía a los demás que era el que más sabía del asunto. Estos sabios, al no poder ver, usaban el sentido del tacto con el fin de poder conocer los objetos y seres del mundo.

Un día se pusieron a discutir acerca de la forma exacta de un elefante, pero como ninguno de ellos había podido tocar nunca uno no se pusieron de acuerdo de cómo podría ser aquel animal. Un campesino que escuchó su conversación les dijo que en su poblado tenían un elefante que les ayudaba en las tareas del campo, al escuchar aquello se pusieron contentos por su suerte y le pidieron a aquel hombre que los llevara hasta su aldea para poder salir de dudas de cómo podría ser la verdadera forma de aquel animal. El aldeano puso a los ciegos en fila con las manos en los hombros de quien le precedía y emprendieron la marcha por una senda que se adentraba en la selva, tras andar un buen rato llegaron a su poblado, y entonces acercó a los sabios ciegos hasta el elefante para que pudieran tocarlo.

El primero de ellos se chocó con el costado del elefante, tras reponerse del golpe extendió sus brazos a derecha a izquierda tratando de averiguar las dimensiones del animal y al ver lo grande que era comenzó a gritar: “¡Santo Dios! ¡El elefante es muy parecido a una pared!”.

El segundo avanzó con más precaución, con las manos extendidas, hasta que tocó un colmillo y entonces exclamó: -”¡Caramba! ¿Qué es esto tan redondo, liso y afilado? Para mí está muy claro, ¡esta maravilla de elefante es muy parecido a una lanza!”,

El tercero agarró la trompa del animal, tras estudiar su perfil alargado y estrecho y su movimiento exclamó: “¡Creedme, el elefante es muy parecido a una serpiente!”.

El cuarto se agachó, extendió sus manos y se puso a palpar una de sus patas: “Evidentemente, a lo que más se parece esta bestia está muy claro”, dijo él, “El elefante ¡es muy parecido a un árbol!”.

El quinto, quien por casualidad tocó la oreja, dijo: “Estáis todos en un error, incluso el hombre más ciego es capaz de decir a lo que más se parece esto; ¡el elefante es muy parecido a un abanico!”.

Era el turno del sexto sabio que se acercó por detrás y aproximó sus manos hasta alcanzar la cola del animal que se agitaba para espantar las moscas que le molestaban, la agarró y la palpó de arriba abajo, no tuvo dudas y sentenció: “Está claro”, “¡el elefante es muy parecido a una cuerda!”.

Todos creían saber cuál era la forma del elefante y consideraban que los demás estaban equivocados, así que comenzaron a discutir convencidos cada uno de que tenían razón, así pasaron un largo rato sin ponerse de acuerdo, muy al contrario, el enfado de todos aumentó y de las palabras pasaron a los gritos y descalificaciones para convencer cada uno a los demás que él tenía razón y los demás estaban equivocados. Entonces, un aldeano que viajaba a lomos del elefante, y que había asistido a toda la escena, decidió intervenir para calmar los ánimos.

— ¡Dejen de discutir! — gritó el hombre.

Los seis sabios ciegos, sorprendidos por la voz del campesino se callaron y prestaron atención.

— Disculpen señores, permítanme que les diga que todos tienen parte de razón, pero ninguno conoce toda la verdad, cada uno de ustedes ha tocado una parte del animal y se creen que todo el elefante tiene la forma de la parte que han tocado. Si en lugar de intentar tener cada uno la razón, se hubieran escuchado los unos a los otros, como ahora me están escuchando a mí, hace rato que se habrían formado una imagen precisa del animal: la forma del elefante es igual a la suma de las partes que cada uno de ustedes ha ido tocando.

Los seis sabios ciegos tras oír las palabras del aldeano se dieron cuenta que su discusión no había tenido sentido, que un elefante puede ser de una forma u otra dependiendo desde qué parte se considere, y que, si hubieran cooperado entre todos juntando las verdades parciales de cada uno, habrían conseguido conocer la verdadera forma del elefante. Mientras volvían a sus casas avergonzados reflexionaron sobre esto, y decidieron que a partir de ahora procurarían escuchar más las opiniones de los demás, en vez de creerse que su opinión era la única buena.

3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento

3.1) Comprensión lectora: Responder las siguientes preguntas del cuento

  • ¿Cómo conocen las cosas los seis sabios ciegos de este cuento si no pueden verlas?
  • ¿Cuál de los seis sabios ciegos tiene razón sobre cuál es la forma del elefante?
  • ¿Qué forma cree que tiene el elefante el sabio ciego que se choca con el costado del animal?
  • ¿Qué personaje del cuento les da la solución a los seis sabios ciegos para llegar a averiguar cuál es la forma del elefante?
  • ¿Cuál es la verdadera forma del elefante?

3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento

3.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:

  • Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
  • También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
  • Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 4 de este artículo.
  • Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 4 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a ver las cosas desde diferentes perspectivas

4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento

Este cuento nos enseña que hay que valorar las opiniones de los demás y tener en cuenta puntos de vista diferentes al tuyo, otra enseñanza es que para valorar las opiniones de los demás hay que aprender a escuchar. Los seis sabios del cuento no atendían a lo que decían sus compañeros, tan solo afirmaban que lo que decían ellos era la verdad. Al final, ninguno de ellos se acercó a la verdadera imagen de cómo es un elefante, aunque todos defendían con tesón su opinión. Esto, que nos puede parecer tan absurdo, sucede con frecuencia en la vida. Ciertamente, todos ellos tenían razón en su percepción. Sin embargo, ninguna coincidía completamente con la realidad. Ninguno era capaz, tampoco, de valorar las opiniones de los demás.

¿En qué nos puede ayudar este cuento? La próxima vez que tengas una opinión diferente a la de las personas de tu entorno, te propongo que intentes mirar la situación desde su punto de vista. Para eso, es imprescindible escuchar, preguntar si no entendemos algo y, también, expresar nuestra propia postura. Esto no quiere decir que los demás no puedan estar equivocados, sino que aprenderemos a ser conscientes de que cada uno percibe la realidad de una manera distinta, llegando a tener una porción de razón. Influida por nuestras experiencias, valores y creencias, nuestra forma de ver la realidad puede diferir bastante de la de los demás. Pero ¿significa eso que hay algunas que son verdad y otras que no? La respuesta es que no. Por eso, valorar las opiniones de los demás nos permitirá enriquecernos en lugar de empobrecernos mediante la defensa exclusiva de nuestra propia verdad que, como hemos visto con el cuento del elefante y los seis sabios, probablemente no sea tan “ajustada” como pensamos. Otra enseñanza del cuento está relacionada con las ventajas de la cooperación, si todos trabajamos en grupo y nos escuchamos los unos a los otros, siempre podremos solucionar los problemas sin ninguna dificultad

¿Por qué nos cuesta tanto valorar las opiniones de los demás? Cuando vemos una opinión que difiere de la nuestra creemos que debemos desecharla porque pensamos que va en contra nuestra ya que solemos identificar nuestras opiniones con nuestra propia persona. Esto es un tremendo error que provoca que nos volvamos personas intransigentes y que nos neguemos a analizar la manera en la que los demás perciben la realidad. En lugar de enriquecernos con las opiniones de los demás, nos empobrecemos defendiendo como única verdad nuestra opinión. Entre otros motivos, si actuamos así es porque, aunque lo neguemos, nos gusta tener razón. Una vez que nos convenzamos de que llevar la razón no es importante, y que todas las opiniones son enriquecedoras, mediante la cooperación entre todos podemos juntar nuestras opiniones y llegar con todas ellas a un mejor resultado que con una opinión individual. El campesino que está sentado a lomos del elefante les dice que juntando las opiniones de todos pueden llegar a un conocimiento completo del elefante.

5) Ejemplo práctico: enseñar a los niños a ver las cosas desde diferentes perspectivas

El cuento de los sabios ciegos y el elefante es una excelente herramienta para enseñar a los niños a ver las cosas desde diferentes perspectivas. Es importante que los niños aprendan a ver las cosas teniendo en cuenta las diferentes partes o puntos de vista en vez de concentrarte en una visión parcial de las cosas. Ayúdales a ver cómo otras personas pueden tener puntos de vista diferentes y cómo comprender estos puntos de vista puede ayudar a resolver conflictos. Sólo desde una visión general que tenga en cuenta los diferentes puntos de vista se tendrá una visión de los temas en su conjunto y se podrán tomar decisiones sabias. Aquí te presento algunos consejos que podrías utilizar para enseñar esta lección:

  • Ayúdales a identificar perspectivas limitadas que hay que corregir. Discute con los niños cómo el cuento del elefante y los sabios ciegos se relaciona con situaciones de la vida real en las que podemos tener perspectivas limitadas. Explícales a los niños que cada uno de los sabios ciegos tocaba una parte diferente del elefante y que, por lo tanto, cada uno tenía una perspectiva limitada de lo que realmente era el elefante. Pide a los niños que piensen en situaciones en las que han tenido diferentes puntos de vista o en las que no han entendido completamente las perspectivas de otras personas.
  • Fomentar la empatía: Enseña a los niños a ponerse en el lugar de los demás y a considerar cómo se sentirían si estuvieran en su situación. Esto puede ayudarles a entender mejor las perspectivas de los demás y a ser más comprensivos.
  • Practicar la escucha activa: Ayuda a los niños a entender que para tener en cuenta diferentes perspectivas, es importante escuchar atentamente lo que otras personas tienen que decir. Enseña a los niños a prestar atención y hacer preguntas para entender mejor los puntos de vista de los demás.
  • Promover el diálogo: Anima a los niños a discutir y debatir sobre diferentes temas, tanto en el aula como en casa. Esto les dará la oportunidad de escuchar diferentes puntos de vista y aprender a respetar las opiniones de los demás.
  • Incentivar la diversidad y la tolerancia: Fomenta la curiosidad de los niños por aprender sobre diferentes culturas, formas de pensar, religiones y modos de vida. Esto puede ayudar a ampliar sus perspectivas y a entender mejor a los demás.
  • Desafiar los estereotipos: Ayuda a los niños a reconocer y desafiar los estereotipos culturales y de género que pueden limitar su capacidad de ver las cosas desde diferentes perspectivas.
  • Utilizar juegos y actividades para enseñar habilidades de pensamiento crítico: Los juegos y las actividades que requieren que los niños piensen críticamente pueden ser una excelente manera de enseñarles a considerar diferentes perspectivas y a tomar decisiones sabias. Algunos ejemplos incluyen juegos de rol, debates y resolución de problemas.
  • Ser un ejemplo para ellos: Finalmente, es importante que los adultos den el ejemplo y modelen el comportamiento que desean que los niños adopten. Los niños aprenden mejor a través de la observación y la imitación, por lo que es importante que los adultos muestren respeto y consideración por las opiniones de los demás

6) Origen de este cuento

Este cuento es una adaptación de una parábola originaria de la India llamada “Los ciegos y el elefante”. Esta parábola se ha utilizado para ilustrar la incapacidad de los seres humanos para conocer la totalidad de la realidad. En distintos momentos se ha usado para expresar: la relatividad de la verdad, la necesidad de comunicación entre los seres humanos y la necesidad de respeto por las ideas u opiniones diferentes a las propias.

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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.

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Virgilio Postigo

Telecommunications Engineer based in Madrid, Spain. Interested in technology, writing, education, psychology, health, environment, and improvement of society.