Cuentos para educar: “Los ratones que se cayeron en un cubo de nata”
1) Introducción
Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados “Cuentos para educar” donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:
- 1) Primero que lean una o dos veces el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
- 2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
- 3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación propuesta es enseñar a los niños a afrontar desafíos difíciles, tomando como ejemplo un reto académico que sería la mejora de su comprensión lectora de textos.
Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.
2) Lectura del cuento “Los ratones que se cayeron en un cubo de nata”
Había una vez dos ratones que entraron en una lechería buscando provisiones para su despensa.
— ¡Mira que quesos más sabrosos hay en lo alto de ese estante!, vamos a por ellos — le dijo un ratón al otro
Al subir los ratones por una rampa que ascendía a donde estaban los quesos resbalaron y cayeron en un gran cubo lleno de nata.
Tras el susto inicial se pusieron a nadar, pero enseguida se dieron cuenta que era imposible nadar en aquel líquido tan denso y empezaron a hundirse.
Entonces, los dos ratones se pusieron a patalear en la nata para intentar llegar al borde del cubo, pero éste era demasiado alto y sus cortas patitas no conseguían alcanzarlo.
Se siguieron esforzando por no hundirse, chapoteando con fuerza en el sitio donde estaban, pero se dieron cuenta que para mantenerse a flote necesitaban gastar demasiadas energías.
— Socorro, auxilio, ayudadnos por favor — se pusieron a gritar pidiendo ayuda, pero nadie los escuchó porque era de noche y no había nadie más que ellos en la lechería.
Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Uno de ellos dijo desanimado:
— No puedo más. Es imposible salir de aquí. En este líquido no se puede nadar y no hay nadie que pueda venir a ayudarnos.
— No te rindas amigo mío. No debemos desanimarnos. Debemos seguir intentándolo — le dijo el otro ratón intentando animarlo.
Pero unos minutos después, el primer ratón perdió la esperanza.
— Ya que voy a morir, no le veo sentido el prolongar este sufrimiento. Prefiero morir ahogado que agotado por un esfuerzo estéril.
Y tras decir esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, desapareciendo en el interior de aquel espeso líquido.
El otro ratón, al ver a su amigo ahogarse en la nata sintió mucha pena, pero decidió no rendirse.
«¡Lo hemos intentado todo y no hay manera de salir de aquí! Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». — se dijo a sí mismo para darse fuerzas.
Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. En ningún momento dejó de mover sus patitas para intentar mantenerse a flote. Y tras mucho patalear se produjo un efecto de batido y la nata se convirtió en mantequilla en la superficie del cubo.
Sorprendido, el ratón dio un salto y, patinando, llegó al borde del recipiente. Con gran esfuerzo el ratón trepó por el cubo y saltó a un lugar seguro. Entonces se dio cuenta de que el no rendirse a veces te da recompensas que no te esperas y con este pensamiento se dirigió a su casa.
3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento
3.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento
- ¿Quiénes son los protagonistas del cuento?
- ¿Por qué entran a la lechería?
- ¿Qué tres cosas que hacen los ratones para salir del cubo de nata o para mantenerse a flote no les dan resultados?
- ¿Por qué uno de los ratones se rinde y se ahoga?
- El ratón que se salvó, ¿sabía que la nata se acabaría convirtiendo en mantequilla?
- ¿Entonces por qué no se rindió si nada de lo que había intentado había tenido éxito?
3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento
3.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:
- Por ejemplo, utilizar con ellos las siguientes preguntas: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento? ¿Qué dos formas de entender la vida encontramos en el texto? ¿Qué actitud habrías adoptado tú? ¿Por qué? ¿Qué hubiese sucedido si los dos ratones hubiesen pataleado los dos juntos?
- También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
- Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 4 de este artículo.
- Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 5 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación propuesta es enseñar a los niños a afrontar desafíos difíciles, tomando como ejemplo un reto académico que sería la mejora de su comprensión lectora de textos.
4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento
El cuento “Los ratones que se cayeron en un cubo de nata” enseña la importancia de nuestra perseverancia y determinación a la hora de enfrentarnos a los obstáculos y la adversidad, la importancia de no rendirnos nunca y seguir luchando por nuestros objetivos incluso cuando parece que todo está perdido. El cuento destaca la importancia de la perseverancia y la determinación en la consecución de nuestras metas, ya que a veces es solo a través de un esfuerzo constante que podemos alcanzarlas. Debemos enseñar a los niños que nuestra perseverancia y determinación debe prevalecer sobre nuestras frustraciones y sufrimientos como le sucedió al ratón cuya perseverancia venció a su agotamiento y le permitió seguir luchando, aunque fuera con lo único que ya podía hacer, que era patalear con fuerza, que al final le funcionó porque le permitió transforma la nata en mantequilla y escapar del cubo. Es importante enseñar a los niños que, aunque enfrentemos obstáculos y situaciones difíciles, debemos mantenernos firmes y seguir luchando, pues nunca sabemos qué resultados pueden surgir de nuestros esfuerzos. El uso de la perseverancia y determinación para vencer los obstáculos difíciles se refleja bien en la siguiente frase de Martin Luther King: «Si no puedes volar entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante.»
Otra enseñanza de este cuento que se puede explicar a los niños es que no es malo cometer errores al perseguir un objetivo, en realidad los fallos son buenos porque son necesarios para aprender cosas en el camino de realizar nuestro objetivo. En este cuento el ratón utiliza diversas formas de mantenerse a flote o salir del cubo y con todas ellas fracasa, no le funciona el nadar, ni el saltar, ni el pedir ayuda; aun así, sigue luchando con lo único que puede hacer, que es patalear con fuerza y al final eso le funciona porque transforma la nata en mantequilla y puede salir del cubo. Cuando a un niño le sale algo mal suele experimentar sentimientos negativos, se frustra, se avergüenza … Cuando veamos a los niños cometer errores hay que decirles lo orgullos que estamos de que hayan intentado, y que también estamos orgullosos de que hayan cometido errores, porque de los errores van a aprender mucho y que lo vuelvan a intentar hasta que lo consigan. Se les puede hacer la siguiente pregunta ¿conoces el caso de alguien que se equivocó 1000 veces antes de conseguir su objetivo? Dejarles que piensen un poco, y si no saben la respuesta contarles la historia de cuando Thomas Alba Edison inventó la bombilla. No le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que un discípulo suyo le preguntó el por qué persistía en construir una bombilla, si tras más de 1000 intentos no había conseguido más que fracasos, Edison, respondió: “No son fracasos, he conseguido saber 1000 formas de cómo NO se debe hacer una bombilla”, Al final, con lo que aprendió tras fracasar tantas veces seguidas, consiguió inventar la bombilla porque no se rindió en su objetivo.
5) Ejemplo práctico: enseñar a los niños a afrontar desafíos difíciles
Te propongo aplicar las enseñanzas de este cuento para enseñar a los niños a afrontar desafíos difíciles. El afrontar desafíos difíciles implica entrenar la capacidad de superar obstáculos y la capacidad de enfrentarse a la adversidad, aspectos muy importantes, ya que van a ser una de las claves de la felicidad de los niños. Los padres tenemos la obligación de apoyar a los hijos y darles las herramientas necesarias para que puedan desarrollarse y experimentar los desafíos, afrontarlos y si se equivocan no pasa nada porque a la próxima saldrá mejor si se realiza con constancia y buena voluntad.
Selecciona un desafío que deba afrontar tu hijo en el corto plazo y utilízalo para este proceso. Algunos ejemplos de desafíos que los niños pueden tener que enfrentar incluyen:
- Problemas académicos. Un buen ejemplo sería el mejorar la comprensión lectora de textos, ya que muchos niños tienen dificultades en este aspecto.
- Problemas emocionales o de conducta, como ansiedad o dificultades para controlar las emociones. Un buen ejemplo sería el trabajar la baja tolerancia a la frustración que tienen los niños en general.
- Problemas relacionados con falta de habilidades. Un buen ejemplo sería aprender a montar en bicicleta.
- Problemas de relación. Como ejemplos tendríamos: dificultades para hacer amigos o problemas de bulling.
- Problemas de salud. Como enfermedades crónicas o discapacidades físicas.
- Problemas familiares. Como el divorcio de los padres o la muerte de un ser querido.
- Problemas económicos. Como vivir en la pobreza o en situaciones de inestabilidad financiera.
- Problemas de identidad. Como sentirse diferente o marginado debido a la orientación sexual, etnia, religión, entre otros.
6) Origen de este cuento
Este cuento es una historia popular de origen anónimo sobre la que se han recreado diferentes versiones. En la película «Atrápame si puedes» utilizan este cuento en un discurso motivacional: «Dos ratoncitos cayeron en un cubo de nata; el primer ratón enseguida se rindió y se ahogó, el segundo ratón decidió pelear, y se esforzó tanto que finalmente transformó la nata en mantequilla y consiguió escapar. Caballeros, desde este momento yo soy ese segundo ratón». Es un mensaje contundente y optimista, que invita al trabajo y a la acción. Nos arenga a transformar la sociedad y nuestro entorno, por difícil que este sea, en nuestro beneficio. Jorge Bucay utiliza una versión de este cuento cambiando los ratones por ranas en su cuento “las ranas y la nata”.
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© Virgilio Postigo Cubo. Enero de 2023.
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