Cuentos para educar: “Las tres pipas”
1) Introducción
Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados “Cuentos para educar” donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:
- 1) Primero que lean una o dos veces el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
- 2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
- 3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es enseñar a los niños a controlar su enfado.
Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.
2) Lectura del cuento “Las tres pipas”
Cuenta la leyenda, que un miembro de una tribu india llamado ‘Pies de plomo’, se enojó mucho con un compañero que le había ofendido al burlarse de él delante de todos, y decidió acudir a la tienda del jefe de la tribu para explicarle lo que sucedía. Estaba tan enfadado con su compañero, que pensaba matarle.
— Oh, jefe de la tribu, estoy tan enfadado con ‘Águila Parda’, que ahora mismo voy a buscarle para matarle.
— Espera — contestó el jefe de la tribu — Entiendo tu enfado y comprendo que quieras vengarte de él. Pero antes, te pido que tomes esta pipa, vayas junto al árbol sagrado y fumes un rato. Luego regresa y vuelve a explicarme lo que deseas hacer.
Así que ‘Pies de plomo’ tomó la pipa, se fue hasta el viejo árbol e hizo lo que le había pedido el jefe de la tribu. Una vez que terminó, regresó, eso sí, mucho más tranquilo. De hecho, según volvía a la tienda del jefe, se dio cuenta de que, en realidad, matar al joven indio que le había ofendido, tal vez era demasiado…
— Oh, gran jefe- dijo el indio — Gracias por la pipa. He reflexionado y ahora creo que bastará con darle una gran paliza a ‘Águila Parda’…
Entiendo bien lo que dices — contestó el jefe de la tribu — Pero antes, te pido que vuelvas con la pipa al árbol sagrado y fumes de nuevo. Después, tráela de vuelta…
El indio, un poco sorprendido, accedió a ir de nuevo al viejo árbol. Y comenzó a fumar la pipa. Al terminar, se dio cuenta de que sus emociones habían cambiado, y ya no se sentía tan enfadado. Según regresaba a la tienda del gran jefe, pensó que no merecía la pena darle una paliza al indio que le había ofendido.
— Oh, gran jefe — le dijo el indio — Toma la pipa, muchas gracias. Pero es curioso, ahora no siento la necesidad de darle una paliza a ‘Águila Parda’. Creo que bastará con dejarle en ridículo delante de todos como él ha hecho conmigo. Eso haré… le insultaré delante de todos los demás.
— Bien, joven indio, entiendo bien que aún te sientas enfadado. Pero antes de ir a buscarle, toma esta tercera pipa y acude de nuevo al árbol sagrado. Después, regresa a verme.
Al indio no le apetecía mucho ir de nuevo a fumar junto al viejo árbol, pero le hizo caso y acudió con la pipa al árbol sagrado. Fumó y al terminar, según regresaba a la tienda del gran jefe indio, se dio cuenta de que su enojo se había esfumado por completo, como el humo de la pipa, y que en realidad lo que debería hacer es ir a hacer las paces con el joven indio que le había ofendido.
—Oh, Gran jefe — le dijo entonces el indio — Muchas gracias por la pipa. Ahora lo veo todo más claro: creo que lo que debo hacer es ir a dar un gran abrazo al joven que me ofendió. Así podremos hacer las paces y recuperaré un amigo. Seguro que ‘Águila Parda’ está muy arrepentido de lo que ha hecho…
— ¡Que sabia decisión! — le dijo el cacique — Es lo que quería decirte que hicieras, pero era mucho mejor que llegaras por ti mismo a esa conclusión.
Entonces el jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fuera a fumar junto con ‘Águila Parda’ al pie del árbol sagrado.
3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento
3.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento
- ¿Por qué estaba tan enfadado ‘Pies de plomo’ el indio protagonista de este cuento?
- ¿Qué pensaba hacer el indio para vengarse de ‘¿Águila Parda’, el indio que le molestó?
- El jefe de la tribu le pidió algo… ¿qué fue?
- ¿Cambió el sentimiento del indio tras fumar la primera pipa?
- ¿Cuántas pipas fumó el indio?
- ¿Qué decidió hacer al final el indio?
- ¿Por qué es importante perdonar a las personas que te ofenden?
3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento con sus propias palabras sin tener el texto delante
3.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:
- Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
- También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
- Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 4 de este artículo.
- Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 5 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es enseñar a los niños a controlar su enfado.
4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento
Esta leyenda india de ‘Las tres pipas’ nos avisa de lo destructiva que puede ser la ira y de las terribles consecuencias que nos puede traer el actuar en ese estado, también nos da una pista de cómo gestionar esta emoción: La ira desaparece con el tiempo. El protagonista de esta historia de ‘Las tres pipas’, que al principio estaba muy enfadado, descubre que solo con dejar pasar el tiempo y reflexionar, puede cambiar por completo de decisión, por el contrario, si hubiera obedecido al primer impulso de la ira, habría acabado con la vida de otro miembro de su tribu. Este cuento puede servir para enseñar a los niños por qué no deben actuar nunca ni tomar decisiones cuando estén muy enfadados, porque pueden arrepentirse después de lo que hagan estando enfadados. Las grandes decisiones deben tomarse en calma, y después de haber reflexionado bien.
Este cuento también nos enseña la importancia de saber perdonar. El joven indio ofendido tenía dos opciones: castigar y vengarse del indio que le había ofendido o perdonarle y recuperar su amistad. Optó por lo segundo. De esta forma, salió ganando. ¿Qué hubiera conseguido con la venganza? ¿Hubiera aportado algún beneficio para él? No. Reflexiona sobre esto con los niños.
5) Ejemplo práctico: enseñar a los niños a controlar su enfado
El actuar movido por la ira puede generar consecuencias terribles de las que luego seguramente nos arrepintamos, por eso es tan importante enseñar a los niños a controlar su ira. Si, por ejemplo, vas conduciendo por la autopista, y alguien te adelanta por la derecha a toda velocidad, es normal que sientas una sensación aguda, primero de sorpresa, y después de ira. O cuando alguien nos insulta y nos desprecia sentimos esa misma sensación de ira. O cuando un compañero de proyecto no ha realizado la parte que le correspondía del trabajo sentimos esa misma sensación de ira. Una característica de las emociones negativas es que te impulsan a la acción, o, mejor dicho, a la reacción, a hacer algo como respuesta. En los tres ejemplos anteriores, puede que sientas el impulso casi automático de conducir más rápido persiguiendo a ese conductor, o de devolver el insulto, o de mostrar nuestro enfado al compañero, provocando como consecuencia el tener un accidente, o la pérdida de una relación, o el empeoramiento del ambiente en nuestro equipo de trabajo. Tras ver las consecuencias negativas de las reacciones que tuvimos bajo el dominio de la ira seguramente nos arrepentiríamos de nuestras acciones y desearíamos volver hacia atrás en el tiempo para enmendarlas.
En el caso de la ira, lo que hay que hacer para gestionarla es que, antes de responder a la acción que nos causó dicha ira tomemos un respiro y retrasemos nuestra respuesta. Séneca dijo que “la demora es el mayor remedio para la ira”, esa es la verdad, tal como nos muestra el cuento que acabamos de leer. Puedes enseñarles a los niños que cuando estén enfadados procuren retrasar cualquier acción, antes de reaccionar que respiren profundamente cinco veces, o que cuenten hasta diez, o que reciten el abecedario, y comprueben si al terminar tienen el mismo nivel de enfado con el que empezaron. Es casi seguro que no podrán, porque la demora es la mejor manera de dejar que su mente se aclare. El enfado es un exagerador, ve lo peor de una situación y la puede empeorar con su reacción exagerada, la demora les ayudará a asegurarse de que eso no ocurra. Una vez que hayan aprendido a dominar su ira, sabrán cuándo es importante responder a una provocación y cuándo pueden dejarla pasar. Nadie está diciendo que no puedan responder nunca. Las personas que les han hecho daño probablemente deban ser respondidas. Pero no es necesario que lo hagan ahora mismo. Que esperen un momento. Que dejen que prevalezca la cabeza fría.
Algunas técnicas para enseñar a los niños a controlar su enfado podrían ser:
- Cuando el niño se enfade debemos tratar su enfado con comprensión y aceptar de manera natural su estado emocional. Nunca digas al niño que “no se enfade”. Deja que experimente sus emociones sin suprimirlas. Déjale su tiempo para que se relaje y se le pase. Puedes decirle: “Cuando estés más relajado hablamos…”
- Cuando esté un poco más calmado hay que ayudarle a comprender sus emociones, para ello ponle nombre y explicación, por ejemplo: “Parece que estas enfadado, es normal que este enfadado porque…”. Procura que hable sobre su emoción o que la exprese de un modo constructivo, que escriba, dibuje, etc. Una vez que explique el problema que le ha causado el enfado ayúdale a gestionar ese problema.
- Explícale que es normal sentirse enfadado y que cuando uno se enfada a veces puede perder el control, pero que hay otras maneras más adecuadas de mostrar el enfado.
- Enséñale técnicas para demorar su respuesta antes de hablar o actuar, que le ayuden a auto controlarse: respiración, contar hasta 10, recitar el abecedario, música, deporte, etc.
- Enséñale técnicas para relajarse y gestionar mejor su enfado. Las técnicas de respiración o relajación pueden ser de gran ayuda, ya que se realiza una actividad contraria a la tensión que se experimenta con la ira. Así que, cuando se sientan enfadados, podemos pedirles que respiren profundamente y que se imaginen en un lugar bonito que a ellos les encante.
- Educa con tu ejemplo, presta atención a lo que haces cuando te enfadas, y recuerda que tu conducta es un modelo para los niños.
6) Origen de este cuento
‘Las tres pipas’ es una leyenda amerindia que trata sobre el control de la ira. Se trata de una historia que puede enseñar a los niños cómo reaccionar cuando se encuentren con el sentimiento de enfado.
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© Virgilio Postigo Cubo. Enero de 2023.
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