Cuentos para educar: “La liebre y la tortuga”
1) Introducción
Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados “Cuentos para educar” donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:
- 1) Primero que lean el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
- 2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
- 3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a saber ganar y saber perder en cualquier actividad competitiva en la que participen: una actividad deportiva (fútbol, baloncesto, tenis, etc.), académica o cualquier tipo de juego.
Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.
2) Lectura del cuento “La liebre y la tortuga”
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que siempre estaba presumiendo de lo rápidos que eran sus pies.
— Ni siquiera el Viento del Norte corre más aprisa que yo — decía — Ningún animal del bosque puede vencerme en una carrera.
Un día vio pasar andando a una tortuga y quiso burlarse de ella
— ¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! — le dijo.
La tortuga, harta de estar siempre soportando las bromas de la liebre le respondió
— ¡Ya estamos hartos de oírte fanfarronear! — le respondió la tortuga — Te pasas el día presumiendo de la rápida que eres, pero nadie te ha visto correr como dices ¿Sabes qué?, te echo una carrera y ya veremos quién de las dos gana.
— ¿Retarme a mí? Sin duda has perdido la cabeza — contestó la liebre
— ¿No te atreves entonces a correr contra mí? — le dijo la tortuga
Entonces, todos los animales del bosque se pararon a escucharlas, y la liebre al ver que todos les estaban mirando dejó de reírse
— Está bien. Si no te importa hacer el ridículo … Echemos una carrera hasta aquel árbol.
Y la liebre señaló un roble que quedaba al final de un camino
— Trato hecho — dijo la tortuga
Todos los animales del bosque se reunieron para presenciar la carrera. Cuando dieron la señal de salida la liebre echó a correr a tal velocidad que no tardó en perderse de vista, mientras que la tortuga avanzaba despacio y sudando por el esfuerzo. Al cabo de unos minutos la liebre miró hacia atrás y vio que la tortuga estaba muy lejos, así que se paró en seco y se dijo:
«¡Ya casi he ganado! Puedo tumbarme un rato a descansar y todavía le sacaré más de un kilómetro de distancia a ese caparazón con patas»
Confiada en su victoria, la liebre buscó un lugar fresco entre la maleza y se tumbó a la sombra de un árbol. «cuando esa estúpida tortuga se acerque me levantaré y acabaré la carrera», pensó. Pero la hierba estaba tan mullida y el calorcito del Sol era tan agradable que la liebre se quedó dormida como un tronco.
Mientras tanto, la tortuga seguía su lenta marcha pasito a pasito. Dejó atrás el árbol bajo el cual dormía la liebre y poco tiempo después se acercaba a la meta. Apenas le faltaban unos metros para alcanzar el roble cuando la liebre se despertó.
«Seguro que la tortuga todavía no ha echado a andar», se dijo la liebre. Sin embargo, al mirar hacia atrás no vio a nadie. Entonces volvió la vista hacia el roble y descubrió horrorizada que la tortuga estaba a dos pasos de la meta. Y aunque echó a correr con todas sus fuerzas ya no logró alcanzar a la tortuga.
— ¡Ha ganado la tortuga, ha ganado la tortuga! — exclamaron los animales del bosque con alegría — Pero ¿dónde está la liebre?
La buscaron por todas partes durante varios días, pero nadie logró encontrarla. Se había refugiado en su madriguera, muerta de vergüenza, y no se atrevía a salir por miedo a que se rieran de ella
Aquel fue un día muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría nunca: No hay que burlarse jamás de los demás. También aprendió que la pereza y el exceso de confianza pueden hacernos no alcanzar nuestros objetivos.
3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento
3.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento
- ¿Por qué la tortuga reta a la liebre a una carrera?
- Poco después del inicio de la competición ¿Qué hace la liebre al ver que lleva una gran ventaja sobre la tortuga?
- ¿De qué forma inesperada acaba el cuento?
- Lo que sucede en la fábula de la liebre y la tortuga viene determinado por el carácter de las dos protagonistas ¿Cuál es el principal defecto de la liebre? ¿Qué virtudes demuestra la tortuga durante la carrera?
- Contra lo que es usual, en “la liebre y la tortuga” el débil vence al fuerte ¿recuerdas alguna otra historia en la que sucede lo mismo? cuando lees un cuento ¿Qué te gusta más que el débil venza al fuerte o al revés? ¿Por qué?
3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento
3.3) Responder la siguiente pregunta: ¿Qué valores y enseñanzas se pueden aprender de este cuento?
3.4) Hablar con los niños para identificar alguna situación parecida a la del cuento que les haya sucedido en la familia, con los amigos o en el colegio y como la han resuelto los niños, o como la resolverían ahora después de haber aprendido las enseñanzas del cuento.
4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento
La fábula de “La liebre y la tortuga” es una historia que enseña la importancia de la perseverancia y la constancia para conseguir nuestros objetivos. En este cuento, la liebre es arrogante y se siente segura de que puede vencer fácilmente a la tortuga en una carrera, ya que es más rápida y ágil. Sin embargo, la tortuga es persistente y sigue adelante sin importar lo lento que parezca ir. Al final, la tortuga logra llegar a la meta antes que la liebre, demostrando que la determinación y la tenacidad pueden ser más importantes que la velocidad y la agilidad en algunos casos. Además, esta fábula también puede enseñar a los niños la importancia de no subestimar a los demás y de tener humildad y respeto por los demás. En resumen, esta fábula puede enseñar a los niños a ser perseverantes, humildes y a no subestimar a los demás.
La tortuga encarna la constancia, la perseverancia, el esfuerzo, el afán de superación, las ganas de ser la mejor versión de uno mismo, más allá del resultado final de lo que se intente. Ella demuestra que el camino para conseguir las cosas importa, y aunque en su caso consigue su objetivo, si se pelea como lo hace ella y el resultado no es el esperado, uno debe irse con la cabeza alta por cómo lo ha intentado.
De la liebre, en cambio, se sacan aprendizajes distintos porque representa la vanidad, la pereza, la falta de motivación, y la falta de respeto por los demás. Pero ya no solo esto, es que encima se burla de su competidor durante toda la fábula, comportamiento totalmente reprobable en cualquier ámbito de la vida. Es el ejemplo de que siempre, en todo lo que hagamos, debemos dar el máximo de nosotros mismos y eliminar los prejuicios, ya que no son más que una barrera que nos impide hacerlo.
5) Ejemplo práctico: explicar a los niños a saber ganar y a saber perder
En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a saber ganar y saber perder en cualquier actividad competitiva en la que participen: una actividad deportiva (fútbol, baloncesto, tenis, etc.), académica o cualquier tipo de juego.
La liebre puede servir de ejemplo de lo que NO se debe hacer ni a la hora de ganar (menosprecia al rival en vez de respetarle y confiar demasiado en sus propias posibilidades) ni a la hora de perder (al perder sale corriendo de vergüenza y no felicita a la tortuga por su vitoria).
Se puede explicar a los niños que la liebre se sentía segura de ganar la carrera debido a su velocidad, pero no tenía en cuenta la perseverancia y determinación de la tortuga. Al final, la tortuga ganó la carrera porque no se rindió y siguió adelante. Este cuento puede ayudar a los niños a comprender que la victoria no siempre se basa en las habilidades o la velocidad, sino en la determinación y la perseverancia. Además, se puede enseñar a los niños a aceptar y aprender de sus derrotas. La liebre no aceptó su derrota y se sintió humillada, mientras que la tortuga siguió adelante sin quejarse cuando tenía todas las posibilidades perder. Este cuento puede ayudar a los niños a entender que perder es una parte natural del aprendizaje y la vida, y que es importante aceptarlo y aprender de la experiencia.
A los niños se les puede decir lo siguiente para enseñarles a saber ganar:
- Enfatiza el esfuerzo y el trabajo duro: Diles que el éxito se basa en el esfuerzo y el trabajo duro, no solo en las habilidades innatas. Enfatiza que el éxito no es permanente y que siempre hay más cosas por aprender. En el cuento, la liebre no maneja bien su ventaja al confiarse, y la tortuga se esfuerza con determinación a pesar de que la posibilidad de ganar sea baja.
- Respeta a tus adversarios: Asegúrate de que los niños reconozcan el esfuerzo y las habilidades de los demás, incluso si no ganaron. Enseña a los niños a aplaudir y felicitar a los demás por sus logros. En el cuento la liebre menosprecia a su rival, cuando lo que tenía que haber hecho era respetarle.
- Enseña a ser humildes en la victoria: Explícales que es importante ser humildes cuando se gana, respetar el esfuerzo del rival y animarle a que siga mejorando.
- Habla sobre el aprendizaje: Enfatiza que la victoria y la derrota son parte del aprendizaje y que es importante aprender de ambas. En realidad, normalmente es más importante lo que se aprende que la propia victoria o derrota.
- Fomenta el deportivismo: Enséñales a ser buenos deportistas y a jugar de manera justa y respetuosa con los demás. Respetar las reglas y no hacer trampas, es preferible perder honradamente que ganar injustamente.
A los niños se les puede decir lo siguiente para enseñarles a saber perder:
- La derrota es una parte natural del juego y de la vida, y no significa que no sean buenos.
- Hay que felicitarles por lo que se han esforzado en la competición.
- Lo más importante es jugar de manera justa, divertirse y aprender de las derrotas.
- Es importante respetar a los demás, ganadores o perdedores, y ser un buen perdedor. Ser un buen perdedor significa felicitar al adversario en su victoria si ésta se ha producido de forma justa.
- Hay que tener una actitud positiva y no rendirse ante la adversidad, sino ver cada derrota como una oportunidad para mejorar y aprender.
En resumen, el cuento de la liebre y la tortuga de Esopo es una excelente herramienta para enseñar a los niños a saber ganar y perder, y puede ayudarles a desarrollar una actitud positiva hacia el éxito y el fracaso. Enseñando que lo más importante no es la propia victoria o derrota, sino la deportividad, el respeto ente los rivales, el esfuerzo por mejorar y lo que se aprende en la victoria o la derrota.
6) Origen de este cuento
La liebre y la tortuga es una fábula atribuida a Esopo, posteriormente reescrita por otros fabulistas como Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego.
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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.
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Este escrito forma parte de una serie de artículos donde reescribiré cuentos clásicos, para que sean fácilmente entendibles por los niños, para utilizarlos como material didáctico para enseñarles valores y otro tipo de enseñanzas que les sean útiles para la gestión de sus vidas.
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