Cuentos para educar: “El cuervo que quería ser un pavo real”

9 min readMar 11, 2023

1) Introducción

Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados “Cuentos para educar” donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:

1) Primero que lean el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a aprender a aceptarse a sí mismos, aprender a creer en sí mismos y a quererse con sus virtudes y sus defectos.

Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.

2) Lectura del cuento “El cuervo que quería ser un pavo real”

Había una vez un cuervo de color muy negro y brillante, que un día paseando por el bosque encontró unas plumas de pavo real en el suelo.

— ¿De quién son estas plumas tan hermosas? — preguntó en voz alta. Pero nadie le respondió porque en ese momento nadie se encontraba a su alrededor.

Las observó admirado, tanto brillo y color tenían que decidió tomarlas prestadas para ver qué tal le quedaban. Así el cuervo, una a una, se fue pegando las plumas de pavo real en la cola. Al ver el resultado se dijo «¡Qué preciosidad! ¡Qué belleza! ¡Ahora estoy mucho más guapo, sin duda!»

El cuervo, convencido de que prefería ser un hermoso pavo real a un simple cuervo negro, se fue a presumir delante de sus compañeros:

— Miradme bien! — dijo el cuervo disfrazado de pavo real — ¿No os parezco más guapo así? Sabed que he decidido ser un hermoso pavo real.

Los demás cuervos, sorprendidos y algo ofendidos, le dieron la espalda y siguieron a lo suyo. Así que el cuervo decidido y sin pensar más, salió volando en busca de sus nuevos compañeros. Llegó al lugar donde vivían los pavos reales, se acercó a ellos y les dijo con el pecho en alto.

— Amigos, gracias a mi gran hermosura he decidido desde hoy que seré un pavo real, mirad mi cola que bien ha quedado, dadle la bienvenida a vuestro nuevo compañero.

Los pavos reales le miraron de arriba a abajo y no terminaron de entender lo que pasaba, así que uno de ellos le dijo:

— ¿Te crees que eres un pavo real por tener esas plumas pegadas a la cola? Vamos a comprobarlo. Te reto a que extiendas las plumas como hacemos nosotros a ver qué pasa.

Entonces el cuervo, muy presumido, empezó a extender las plumas, las cuales se fueron desprendiendo una a una, ya que el pegamento que había utilizado para unirlas a su cola no aguantó el movimiento. Los pavos reales se empezaron a reír a carcajadas: ¡Ja, Ja, Ja!

— ¿Pero no te das cuenta de que eres un cuervo? Anda, vuelve con los tuyos y quítate esas plumas, porque por mucho que te las pegues tú nunca podrás ser un pavo real.

El Cuervo, un poco dolido por cómo se reían de él, se quitó las plumas enfadado y decidió volver con sus compañeros, así que se puso a volar hasta llegar de nuevo a su bosque. Pero al llegar allí, el resto de los cuervos le echaron en cara lo que había pasado.

— ¿Te creías demasiado bueno para estar con nosotros? — dijo uno de sus compañeros.

— ¿No te gusta ser un cuervo? ¿No? — le dijo otro.

— No quisiste formar parte de nuestro grupo, así que largo de aquí. Piensa bien lo que hiciste, y cuando te convenzas de lo bueno que es ser un cuervo vuelve — dijo el líder de los cuervos echándolo del lugar.

Y así fue como el cuervo, por querer ser quien no podría ser nunca, se quedó solo y sin amigos, pasaron los días, pero no se atrevía a visitar de nuevo a los otros cuervos por vergüenza por lo que había hecho, y también por miedo de que lo volvieran a rechazar.

Hasta que un día, el líder de los cuervos, preocupado de no haber vuelto a ver a nuestro cuervo, se acercó a buscarlo. Tras verle muy arrepentido por haberse creído mejor que sus compañeros, aceptó sus disculpas y le permitió volver a vivir con ellos. Los demás cuervos le recibieron con una gran fiesta, y decidieron que, todos los años, para no olvidar lo que había ocurrido, celebrarían aquel día como “el día del pavo real”, y todos se disfrazarían y bailarían para celebrar lo que habían aprendido.

3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento

3.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento

¿Qué decide el cuervo protagonista de este cuento y por qué?
¿Qué hacen los otros cuervos cuando les comunica su decisión?
¿Qué le dicen los pavos reales cuando el cuervo les comunica que quiere ser uno de ellos?
¿Qué le dicen los cuervos cuando nuestro protagonista quiere volver a su grupo?
¿Por qué no vuelve el cuervo a encontrarse con sus compañeros?
¿Cómo se resuelve la historia?

3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento

3.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:

Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 4 de este artículo.
Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 4 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a aprender a aceptarse a sí mismos, aprender a creer en sí mismos y a quererse con sus virtudes y sus defectos.

4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento

Este cuento enseña a los niños qué deben quererse y aceptarse como son, sin artificios ni disfraces, y nos recuerda además que no es bueno ser orgulloso y vanidoso. Las principales enseñanzas que se pueden extraerse de este cuento son:

No intentes ser quien no eres: Lo mejor es aceptarnos como somos. Nunca podrás ser otro, aunque lo intentes, y esa falta de autenticidad, provocará rechazo por parte de todos. El cuervo en el cuento pretende ser quien no es, esa actitud lo lleva a perder a sus amigos, hasta que al final le perdonan y le permitan volver al grupo.
Quiérete como eres: Puedes cambiar algunos aspectos de tu personalidad por supuesto, puedes mejorar en muchos aspectos, pero nunca rechazar quién eres, porque entonces, nunca conseguirás quererte. Para ganar en autoestima y sentirte con fuerzas para conseguir cualquier objetivo, debes creer en ti, quererte con tus virtudes y con tus defectos. Aceptarte, sin más. Sin intentar convertirte en otro.
No presumas de lo que careces delante de otros: Si intentas ser de otra forma por envidia (aun sabiendo que no eres así) y encima presumes de ello delante de los demás, los otros lo entenderán como una mentira, y no creerán en ti. Es mejor ser uno mismo y sincero, sin disfraces ni mentiras.
La humildad es una virtud: El cuervo es castigado por su arrogancia y falta de humildad. Los niños deben aprender que la humildad es una virtud importante y que debemos ser modestos y respetuosos con los demás para tener éxito en la vida. Los niños pueden reflexionar sobre su propia vida y pensar en momentos en los que han sido arrogantes o han jactado demasiado de sí mismos. Pueden aprender a ser modestos al reconocer las habilidades y logros de los demás, y no sentirse superiores a los demás.
No subestimes a los demás: El cuervo se enorgullece tanto de sí mismo que menosprecia al resto de sus compañeros. Los niños deben aprender que no hay nada de malo en tener confianza en sí mismos, pero no deben subestimar a los demás por su apariencia o habilidades. Todos tenemos fortalezas y debilidades, y debemos respetar y valorar las diferencias entre las personas.
Aprende de tus errores y sé comprensivo con los errores de los demás: Los niños pueden aprender que cometer errores es algo natural de lo que no hay que avergonzarse, los errores son una parte natural del aprendizaje y el crecimiento. Si cometen un error, deben tratar de aprender de él, enmendarlo y hacerlo mejor la próxima vez. No hay que hacer como el cuervo que, tras cometer su error, aun habiendo aprendido de él, no se atreve acercarse a sus compañeros para pedirles disculpas por vergüenza por su error o por miedo a que lo rechacen de nuevo. Lo que hay que hacer es acercarse a los compañeros, reconocer el error y pedir disculpas por él. Los niños también pueden aprender que hay que ser comprensivos con los errores con los demás. Si ven que alguien ha cometido un error hay que ser comprensivo con esa persona, hacérselo ver y perdonarle cuando lo corrija. Eso es lo que hace, por su sabiduría, el líder de los cuervos, que es comprensivo con el error que ha cometido su compañero, se acerca a él, ve que ha aprendido de su error, acepta sus disculpas y le permite volver de nuevo al grupo.

5) Ejemplo práctico: aprender a aceptarse a sí mismo

En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo para enseñar a los niños a aprender a aceptarse a sí mismos, aprender a creer en sí mismos y a quererse con sus virtudes y sus defectos.

Enseñar a los niños a aceptarse a sí mismos es un proceso continuo que requiere paciencia, consistencia y amor incondicional. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar:

Enseña a tu hijo a reconocer y expresar sus sentimientos. Alienta a tu hijo a hablar sobre sus emociones y escucha con atención cuando lo haga. Muéstrale empatía y valida sus sentimientos. Esto les ayudará a comprender y aceptar sus emociones y a reconocer que está bien sentirse de cierta manera.
Enseña a tu hijo a reconocer sus fortalezas y debilidades. Alienta a tu hijo a reflexionar sobre lo que es bueno y lo que le gusta hacer. Ayúdale a entender que todos tenemos habilidades únicas y también áreas de mejora.
Promueve una imagen corporal positiva. Asegúrate de hablar sobre la imagen corporal de manera positiva y no centrada en la apariencia. Habla sobre la importancia de comer saludablemente, mantenerse activo y cuidar el cuerpo como un todo.
Fomenta el pensamiento crítico. Enseña a tu hijo a desafiar los mensajes negativos y las ideas preconcebidas. Anima a tu hijo a analizar críticamente los mensajes que recibe de los medios de comunicación y de otras personas y a cuestionar la veracidad de lo que se nos dice.
Promueve un ambiente de aceptación y apoyo en casa. Asegúrate de que tu hijo se siente valorado y amado en casa. Anímalo a ser él mismo y celebra su individualidad.
Ayuda a tu hijo a establecer metas realistas y alcanzables. Trabaja con tu hijo para establecer objetivos que sean desafiantes pero factibles. Ayúdalo a celebrar sus logros y a aprender de los fracasos.
Fomenta el respeto y la tolerancia hacia los demás. Enseña a tu hijo a respetar y valorar las diferencias de los demás. Alienta a tu hijo a ser amable y compasivo con los demás.

Recuerda que el proceso de aceptación propia es continuo y que lleva tiempo. Sé paciente y continúa brindando apoyo y amor a tu hijo a medida que aprende a aceptarse a sí mismo.

6) Origen de este cuento

Este cuento es una adaptación de una fábula atribuida a Esopo que enseña a los niños por qué deben quererse y aceptarse como son, sin artificios ni disfraces, y por qué no es bueno ser orgulloso y vanidoso.

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