Cuentos para educar: “Cómo Hércules limpió los establos del rey Augías”
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1) Introducción
Este escrito forma parte de una serie de artículos denominados “Cuentos para educar” donde presentaré cuentos clásicos adaptados a los niños para ofrecerles una historia divertida y con enseñanzas fáciles de entender. Cada uno de ellos puede utilizarse como material educativo para ayudar a los niños a desarrollar valores y lecciones importantes para la gestión de sus vidas. Puedes utilizarlos con los niños de la manera siguiente:
- 1) Primero que lean el cuento que se incluye y que respondan una serie de preguntas relacionadas con el mismo, repasar las respuestas con ellos.
- 2) A continuación, que hagan un resumen del cuento con sus propias palabras y sin tener el texto delante, revisar el resumen con ellos.
- 3) Por último, contrastar con los niños las enseñanzas que han aprendido del texto. Se sugiere realizarles unas preguntas y explicarles después un resumen de las enseñanzas. También se propone aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria de los niños. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo enseñar a los niños a definir sus propios objetivos y realizarlos. En general, tener objetivos les da a los niños un sentido de propósito y dirección en la vida, lo que puede ser beneficioso para su bienestar mental y emocional.
Otro posible uso de estos artículos sería utilizarlos para el fomento a la lectura, y también para el trabajo de la comprensión lectora de los textos, que es un aspecto que la mayoría de los niños tienen que mejorar.
2) Lectura del cuento “Cómo Hércules limpió los establos del rey Augías”
Hércules hijo de Zeus (un Dios) y de Alcmena (una mortal) fue el más famoso de los héroes de la mitología griega por su fuerza y valor. Era tal su fuerza, que, aun siendo un bebé, la diosa Hera mandó a que lo atacaran dos serpientes y él las mató con sus propias manos. Ya de adulto se hizo famoso por llevar a cabo doce retos que se conocen como “los doce trabajos de Hércules”, uno de los más difíciles fue cuando tuvo que limpiar los establos del rey Augías.
Hace muchísimos años, en una ciudad de Grecia llamada Élide, vivía el rey Augías, quien poseía una gran cantidad de ganado. El rey sol, Helios, padre de Augías, le había concedió el don de que sus rebaños jamás se pusieran enfermos, lo que hizo que el número de reses creciera de manera considerable. Además, su propio padre le había regalado doce fieros toros que defendían al resto de la manada haciendo que el ganado de Augías tampoco sufriera bajas por las fieras de los alrededores. Como nada hacía peligrar a sus animales, y, como éstos habían sido obtenidos sin ningún esfuerzo, el rey Augías no se esforzaba en mantenerlos en óptimas condiciones, ni se preocupaba por cuidar de los establos en donde su ganado vivía. Los establos estuvieron más de treinta años sin limpiarse, lo que provocó una cantidad inimaginable de excrementos acumulados en los mismos y un olor insoportable que se podía sentir desde los barcos que llegaban desde el mar el mar.
Entonces, el rey Euristeo, a cuyo servicio Hércules ya había realizado varios trabajos como matar a la hidra de Lerna o expulsar a las aves del Estínfalo, le ordenó a Hércules limpiar los establos de Augías en un solo día ¡Qué trabajo tan sucio! Euristeo le encargó esta extraña misión con el fin de humillar a Hércules, pues tal era la cantidad de excrementos acumulados en los establos que era prácticamente imposible limpiarlos en un solo día. Así el gran Hércules, vencedor de terribles monstruos y hazañas heroicas, caería humillado ante una tarea tan denigrante. Hércules se presentó entonces ante el rey Augías:
— ¡Hércules, gracias por venir! Escuché que tienes experiencia en la limpieza de establos — dijo Augías intentando burlarse de él.
— Así es, mi rey. Es uno de los trabajos que he realizado en el pasado y que más satisfacciones me ha dado — contestó Hércules siguiéndole la broma al rey.
— Excelente. Tengo una tarea para ti. Como sabes, tengo una gran cantidad de ganado y los establos están bastante sucios. Necesito que los limpies hoy mismo ya que mañana tengo una visita y quiero que esté todo limpio hoy al final del día.
— Entiendo, mi rey. ¿Puedo preguntar cuál es la recompensa por este trabajo?
— Te regalaré una parte de mi ganado si cumples con esta misión.
— Suena justo, mi rey. Pero no quiero ese ganado para mí. He oído que vuestro reino ha sufrido malas cosechas este año y que vuestro pueblo está pasando hambre. Si consigo limpiar vuestros establos en un solo día, a cambio, me gustaría que me prometierais utilizar ese ganado para alimentar a vuestros súbditos en el próximo año.
El rey Augías molesto porque Hércules se atreviera a decirle como administrar su reino, pero sabiendo que esa era una misión imposible, aceptó el trato.
— Está bien, estoy de acuerdo con tu propuesta, pero marcha ya, no soporto más tu presencia.
— Como deseéis mi rey, me pondré a trabajar de inmediato — contestó Hércules contento de haber conseguido enfurecer al rey Augías como recompensa por haber intentado burlarse de él.
Hércules se acercó a los establos del rey Augías, en la puerta se encontró con un gran toro que bloqueaba la entrada hacia ellos. Aquel toro era el más feroz de los doce toros que el rey sol, Helios, había regalado a Augías para defender al resto de la manada, y no dejaba que nadie se acercara a los establos. Hércules intentó persuadir al toro de que se apartara, pero el animal no se movió. Se dio cuenta de que tendría que enfrentarse al toro para poder completar su tarea. Entonces, empezó entonces a molestar animal, éste se enfureció y cargó contra él, Hércules esperó con calma al toro y lo esquivó en el último instante. Usando su increíble fuerza, agarró al animal por los cuernos, lo levantó y lo arrojó hacia un lado. Sin embargo, el toro se levantó rápidamente y volvió a atacar. Esta vez, Hércules se agachó y agarró al toro por las patas traseras, el toro perdió el equilibrio y cayó al suelo. Hércules se acercó entonces al animal y lo inmovilizó con fuerza, apretó con tanta fuerza su cuello que le impidió respirar hasta dejarle inconsciente. De esta forma, Hércules pudo entrar en los establos, y allí hizo que los animales salieran a pastar, las reses no opusieron resistencia al ver como Hércules había vencido al más fiero de los toros guardianes.
Después de salir todos los animales, Hércules se sorprendió al ver la extensión de aquellos estables y la inmensa cantidad de excrementos acumulados. El hedor era insoportable, tuvo que atarse un paño alrededor de la nariz y boca para mitigar aquel olor pestilente. Agarró una pala y comenzó a limpiar los establos, iba haciendo montañas de excrementos que depositaba en unos carros, y cuando éstos estaban llenos se dirigía a un acantilado para tirar aquella porquería al mar. Después de medio día trabajando, y con el sudor cayendo por todo su cuerpo, se desanimó al ver que solo había limpiado una pequeña parte del establo. Hércules comenzó a preocuparse, se dio cuenta de que no tendría suficiente tiempo para terminar la tarea aquel día y no podría cumplir con su misión. Decidió tomar un descanso y fue a buscar agua para beber.
— Buenos días, buen hombre. ¿Podrías ayudarme? Estoy buscando un lugar donde beber agua — le preguntó a un campesino que encontró al salir del establo.
— Claro, señor. Allí mismo tenéis los ríos Alfeo y Peneo. Podéis beber agua de ellos.
Hércules subió una pequeña colina hasta llegar a los dos ríos, el agua fría y cristalina le supo a gloria al pasar por su garganta, allí sentado observó los establos del rey Augías, aún desde esa distancia impresionaba el tamaño de aquellas cuadras. Entonces se le ocurrió una idea, pensó que, si desviara los dos ríos hacia los establos, la fuerza del agua podría limpiarlos en poco tiempo.
Usando su increíble fuerza, Hércules movió grandes rocas para crear un canal que desviara el río hacia los establos. El agua comenzó a entrar por la puerta de las cuadras y limpiar los excrementos acumulados, el nuevo rio se dirigió hacia un acantilado y al caer al mar se llevó consigo toda aquella porquería, en poco tiempo, el establo quedó completamente limpio. Tras terminar el trabajo, Hércules eliminó el canal que había creado y movió de nuevo las rocas para volver a dejar los ríos en su cauce original. Entonces se dirigió a comunicar al rey Augías que ya había terminado con su misión.
— ¡Oh, gran rey Augías! Me complace informarte que he completado la tarea que me encomendaste, limpiando tus establos.
— ¿De verdad? ¿Cómo puedes haber limpiado esos establos en menos de un día? — dijo el rey con escepticismo.
— Puedes comprobarlo por ti mismo, majestad. Los establos están limpios y ordenados.
— Muy bien, vamos a verlo entonces. Me llevarás a los establos para que pueda comprobar si estás diciendo la verdad — dijo Augías frunciendo el ceño.
Los dos hombres caminaron juntos hacia los establos del rey. Cuando llegaron Augías se sorprendió de ver al ganado pastando mansamente en los alrededores, el toro al que había vencido Hércules se despertó en ese momento y al ver a Hércules se asustó y salió corriendo, Hércules abrió la puerta y el rey Augías se queda impresionado al ver que los establos estaban limpios y ordenados.
Augías montó entonces en cólera, pues había prometido a Hércules que alimentaría a su pueblo con su ganado si cumplía con aquella misión. No tendría otra opción que cumplir con su promesa ya que la había hecho delante de testigos.
— Fuera de mi presencia, te destierro de mi reino — le dijo a Hércules con enfado por haber sido vencido por él.
Hércules se marchó de allí contento por haber cumplido con su misión y por haber conseguido que aquel pueblo no pasara hambre durante aquel año. Se dirigió a realizar su siguiente trabajo: capturar a las cuatro yeguas de Diomedes, que comían carne humana.
3) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento
3.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento
- ¿Quién era Hércules? ¿existió en realidad?
- ¿Por qué era famoso Hércules?
- ¿Qué hizo Hércules cuando era bebé?
- ¿Qué eran los “doce trabajos de Hércules”?
- ¿Por qué el rey Euristeo le encargó a Hércules limpiar los establos del rey Augías?
- ¿Qué le prometió el rey Augías a Hércules si limpiaba sus establos en un solo día?
- ¿Por qué el rey Augías aceptó la propuesta de Hércules?
- ¿A qué peligro se enfrentó Hércules para poder entrar en los establos del rey Augías?
- ¿Cómo empezó a cumplir Hércules su misión? ¿De esa forma cumpliría con su misión?
- ¿Cómo logró Hércules completar la tarea de limpiar los establos en un solo día?
3.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento
3.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:
- Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
- También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
- Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 4 de este artículo.
- Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 4 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es utilizarlo enseñar a los niños a definir sus propios objetivos y realizarlos. En general, tener objetivos les da a los niños un sentido de propósito y dirección en la vida, lo que puede ser beneficioso para su bienestar mental y emocional.
4) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento
La principal enseñanza que se puede extraer de este cuento es la importancia de tener objetivos y llevarlos a cabo. Al igual que Hércules se puso como objetivo cumplir sus doce trabajos y consiguió realizarlos, es importante que los niños tengan objetivos porque éstos les ayudan a desarrollar habilidades importantes que les servirán durante toda su vida. Al establecer objetivos, los niños aprenden a enfocarse en algo concreto, a planificar cómo alcanzar ese objetivo y a trabajar duro para lograrlo.
Además, al tener objetivos, los niños desarrollan una mayor autoestima y confianza en sí mismos al darse cuenta de que son capaces de lograr cosas importantes. También aprenden a aceptar la responsabilidad de sus propias decisiones y acciones, lo que es crucial para su desarrollo emocional y social.
Establecer objetivos también puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades de resolución de problemas y a aprender a superar obstáculos y desafíos. En general, tener objetivos les da a los niños un sentido de propósito y dirección en la vida, lo que puede ser beneficioso para su bienestar mental y emocional
Otras enseñanzas que los niños pueden extraer de esta historia son:
- La importancia de ser humildes: A pesar de ser un héroe, Hércules aceptó realizar una tarea sucia y humilde como limpiar los establos, lo que demuestra que no se consideraba superior a nadie por su fama o habilidades. Además, ningún trabajo es indigno, lo importante es que te enfrentes al trabajo con responsabilidad y con el deseo de querer hacerlo bien.
- La importancia de gestionar las emociones negativas: Hércules soportó que se burlaran de él encargándole dicha misión, en vez de enfadarse por ello decidió dedicar todas sus energías a cumplir con su misión.
- La importancia de trabajar duro: Hércules trabajó duro para limpiar los establos en un solo día, a pesar de que la tarea parecía imposible. Esto demuestra que, con perseverancia y esfuerzo, se pueden superar los obstáculos y lograr cualquier meta.
- La importancia de la astucia y del pensamiento creativo: Hércules utilizó su astucia para cumplir con su misión, se le ocurrió una idea, pensó que, si desviara los dos ríos Alfeo y Peneo hacia los establos, la fuerza del agua podría limpiarlos en poco tiempo. Esto demuestra que la astucia y la inteligencia pueden ser más importantes como la fuerza física.
- La importancia de ayudar a los demás: Hércules ofreció el ganado de su recompensa para que el rey Augías lo utilizara para alimentar a su pueblo, lo que demuestra que es importante ayudar a los demás y ser generosos.
5) Ejemplo práctico: Enseñar a los niños a definir sus propios objetivos y realizarlos
Aquí tienes algunos consejos para enseñar a los niños a definir sus propios objetivos y realizarlos:
- Fomenta la reflexión y la experimentación: Ayuda a los niños a reflexionar sobre sus intereses, pasatiempos y metas a largo plazo. Pregúntales sobre sus sueños y lo que les gustaría lograr en la vida. Esta reflexión puede ayudarles a definir objetivos claros. Haz que los niños experimenten cosas nuevas, mediante la experimentación podrán descubrir intereses relacionados con sus objetivos en la vida.
- Define objetivos claros y alcanzables: Es importante que los niños aprendan a definir objetivos claros y alcanzables. Ayuda a tus hijos a entender que los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido (conocidos como SMART, por sus siglas en inglés).
- Establece un plan de acción: Una vez que los niños hayan definido sus objetivos, ayúdales a establecer un plan de acción para alcanzarlos. Esto puede incluir un horario o calendario que les recuerde sus tareas y responsabilidades.
- Anima a la responsabilidad personal: Los niños deben aprender que son los únicos responsables de alcanzar sus objetivos. Ayúdalos a entender que no siempre serás tú quien les recuerde sus responsabilidades y tareas. En cambio, pueden crear un sistema de recompensas por logros, o asignarles ciertas responsabilidades.
- Celebra el éxito: Cuando tus hijos alcancen un objetivo, celebra su éxito. Esto les enseñará a valorar su esfuerzo y a sentirse motivados para seguir estableciendo y alcanzando nuevos objetivos.
- Sé un modelo para seguir: Finalmente, recuerda que eres un modelo para tus hijos. Trata de establecer tus propios objetivos y muestra cómo los alcanzas con trabajo duro y dedicación. Esto les enseñará a tus hijos a ser perseverantes y a creer en sí mismos
6) Origen de este cuento
Este cuento es una adaptación de uno de los doce trabajos de Hércules, uno de los mayores héroes de la mitología griega: limpiar los establos de Augías. Hércules tiene que realizar la tarea, casi imposible, de limpiar en un solo día los establos del rey Augías, cuyos cientos de reses habían estado acumulando excrementos durante treinta años. El astuto Hércules cumplió su trabajo abriendo un canal que atravesaba los establos y desviando por él el cauce de los ríos Alfeo y Peneo, que arrastraron toda la suciedad.
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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.
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