Ayuda a tus hijos a crear relaciones positivas

Virgilio Postigo
11 min readDec 20, 2023

Este artículo tiene como objetivo aportar recursos educativos que puedas usar para ayudar a los niños a crear relaciones positivas con los demás. Está demostrado que los niños que tienen fuertes relaciones con los demás (familia, compañeros, amigos, etc.) tienen una mejor resiliencia ante los problemas a los que se tengan que enfrentar. Espero que te sea de interés para trabajarlo con tus hijos, primero que lean el cuento que se incluye titulado “Los músicos de Bremen”, y después trabajad el resto de las actividades. Puedes compartir el artículo con las personas de tu entorno que pienses que puedan estar interesadas.

Este artículo es uno de los capítulos del libro titulado “Educa en valores a tus hijos y conviérteles en Superhéroes” que es un manual para asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros hijos mediante el fomento y desarrollo de sus valores fundamentales. En el período del 18 al 22 de diciembre pondré para descarga gratuita la versión Kindle de este libro por si quieres empezar a utilizarlo en estas vacaciones de Navidad con tus hijos.

1) Lectura del cuento “Los músicos de Bremen”

¡Hoy es una noche de fiesta en Bremen! Los habitantes de la ciudad se preparan para disfrutar de una velada llena de música y diversión. ¿Sabéis a quien esperan escuchar? ¡A los músicos de Bremen! Se abre el telón y salen los cuatro, el burro toca el laúd con una habilidad increíble, el perro marca el ritmo con los timbales, el gato aporta su melodioso maullido y el gallo canta con una voz de ángel. ¿Queréis saber cómo se formó este grupo musical tan pintoresco? Yo os lo contaré.

Había una vez un campesino que tenía un burro. Durante mucho tiempo le había servido para llevar los sacos de trigo al molino, pero el burro se empezó a hacer viejo, e inservible para ese trabajo, y el amo pensó en deshacerse de él. El burro no era tonto, y como sabía de las intenciones de su amo huyó de aquella granja y marchó rumbo a Bremen para tratar de hacer carrera como músico, ya que le gustaba tocar el laúd.

En su camino hacia Bremen, el burro se tropezó con un perro de caza que jadeaba con la lengua afuera.

— ¿Estás bien amigo perro? — le preguntó.

— Sí gracias, estoy solo un poco cansado porque me he escapado de mi amo que quiere matarme porque soy viejo y ya no le sirvo para ir de caza.

— ¡No sabes cómo te comprendo amigo! Me encuentro en la misma situación que tú, y estoy yendo a Bremen para ganarme la vida como músico. ¿Por qué no te vienes conmigo? Podríamos formar una banda, ¡tú podrías tocar los timbales! ¿Qué te parece?

Al perro le pareció una idea estupenda, así que juntos continuaron su camino. Al poco rato, se encontraron con un gato que caminaba muy triste con la cola entre las patas.

— ¿Qué te ocurre amigo gato? — preguntó el burro.

— Es que ya no tengo casa. Mi amo ha tratado de ahogarme porque estoy viejo y ya no puedo cazar ratones.

— ¿Y por qué no te unes a nosotros? Vamos a Bremen, a formar una banda de música.

Al gato siempre le había gustado la música, y aunque no sabía tocar ningún instrumento, decidió unirse al burro y al perro. Más adelante se encontraron con un gallo que cantaba con todas sus fuerzas en lo alto de una valla.

— ¿Por qué cantas tan alto amigo gallo? — preguntó el burro.

— Canto porque mi ama va a hacer conmigo un guiso esta noche porque han comprado un gallo más joven que yo para estar con las gallinas y despertarles por las mañanas. Mientras siga vivo aprovecharé para cantar, que es lo que más me gusta.

— No te quedes aquí esperando la cazuela y vente con nosotros a Bremen, estamos formando una banda de música y un cantante con tu voz es justo lo que nos hace falta.

Los cuatro amigos siguieron juntos su camino, pero cuando comenzó a caer la noche se dieron cuenta de que no podrían llegar a Bremen antes de que oscureciera. Estaban ya pensando en tumbarse a dormir bajo un árbol cuando vieron a lo lejos la luz de una casa, y decidieron acercarse para ver si podían encontrar refugio, ya que hacía bastante frío. Cuando llegaron a la casa, se asomaron por una ventana y vieron a un grupo de ladrones sentados alrededor de una mesa llena de comida, donde se reían y presumían de todo lo que habían robado aquel día. Los cuatro animales tenían muchísima hambre, así que decidieron llevar a cabo un plan para echar a los ladrones de la casa y poder comer y dormir al calor del fuego del hogar.

El burro se colocó junto a la ventana, el perro se subió encima de él, el gato encima del perro y el gallo encima de la cabeza del gato. Así, unos encima de otros, comenzaron a rebuznar, ladrar, maullar y cantar con toda su alma. Fue tan tremendo el ruido que hicieron, que los ladrones se levantaron de sus sillas asustados y se asomaron a la ventana para ver qué pasaba. Pero con la oscuridad de la noche, lo único que pudieron ver fue una enorme y monstruosa figura en la penumbra, ¡que gritaba como mil animales juntos! Creyendo que se trataba de un fantasma que los perseguía por sus malas acciones, los ladrones salieron corriendo aterrados y se perdieron en la oscuridad del bosque.

Los animales se hicieron dueños de la casa, cenaron hasta que ya no pudieron más, y se echaron a dormir. El burro se tumbó sobre un montón de paja que había en un rincón; el perro se puso detrás de la puerta; el gato se acomodó en las cenizas del hogar para estar más calentito; y el gallo se puso a dormir de pie sobre una viga.

En medio de la noche, uno de los ladrones, que no creía en los fantasmas, decidió volver a la casa para ver qué ocurría. Cuando llegó la casa estaba a oscuras, al entrar confundió los ojos del gato con las brasas del hogar. Al encender una cerilla, para poder ver, el gato le arañó la cara, fue hacia la puerta con la mano en el rostro lastimado, y entonces el perro le mordió una pierna; loco de dolor empezó a dar saltos y terminó pisándole la cola al burro, que le dio una coz que lo hizo volar varios metros, justo en ese momento el gallo empezó a cantar con todas sus fuerzas desde la viga: ¡Kikiriki!

El ladrón escapó como pudo y fue corriendo a contarle lo que le había pasado a sus compañeros:

— En esa casa hay una bruja que me ha arañado la cara, detrás de la puerta se esconde un hombre que me ha clavado un cuchillo en la pierna, por fuera hay un monstruo que me ha golpeado con un terrible mazo, y encima del tejado hay un juez que ha gritado: ¡Traedme a ese ladrón aquí!

Tras escuchar esto los ladrones, huyeron tan deprisa como pudieron para nunca más regresar a aquella aterradora casa. Y desde entonces, los músicos de Bremen viven allí.

Fue de esta manera que nuestros cuatro amigos se ganaron el respeto y el cariño de los habitantes de Bremen y se convirtieron en las estrellas de la ciudad. ¡La próxima vez que estés en Bremen, no te pierdas una de sus actuaciones!

2) Actividades que pueden hacer los niños con este cuento

2.1) Responder las siguientes preguntas relacionadas con el cuento

  • ¿Por qué el burro decidió emprender un viaje a Bremen?
  • En el camino, ¿a qué animales encontró el burro?
  • ¿Qué trabajo tenían todos los animales antes de embarcarse en su viaje a su nuevo destino?
  • ¿Por qué deciden acercarse los cuatro animales a una casa antes de llegar a Bremen?
  • ¿Cómo consiguen expulsar de la casa a los ladrones?
  • ¿Con qué confunde la coz del burro el ladrón que decide volver a la casa?
  • ¿Cumplen los cuatro animales el objetivo que se habían marcado? ¿Cuál es? comparación con sus propios hijos?

2.2) Después de haber respondido las preguntas anteriores, hacer un resumen del cuento, o bien saltar al siguiente punto para revisar las enseñanzas del cuento.

2.3) A continuación revisar con los niños la enseñanza que han aprendido del texto:

  • Por ejemplo, preguntándoles: ¿Qué enseñanza has aprendido de este cuento?
  • También pidiéndoles que os expliquen si han encontrado alguna situación similar a la del cuento y como la han afrontado
  • Revisar con ellos el resumen de las enseñanzas con la ayuda de las explicaciones de la sección 3 de este artículo.
  • Finalmente, proponerles aplicar las enseñanzas del cuento a un ejemplo de la vida diaria tal como se indica en la sección 4 de este artículo. En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es fomentar en los niños la creación de relaciones positivas para mejorar su resiliencia. Está demostrado que los niños que tienen fuertes relaciones con los demás (su familia, compañeros, amigos, etc.) tienen una mejor resiliencia ante los problemas a los que se tengan que enfrentar.

3) Enseñanzas y valores que se pueden aprender en este cuento

El cuento de los músicos de Bremen nos enseña el valor de la superación, usando nuestra valentía para vencer los obstáculos que surjan, tal como demuestran los cuatro animales que, sabiéndose viejos para realizar sus antiguos trabajos, no pierden la esperanza de volver a ser útiles y se arman de valor para embarcarse en un viaje a Bremen para buscar un nuevo objetivo en sus vidas que es el de formar una banda de música. También es una lección sobre el valor del compañerismo y el trabajo en equipo: juntos logran algo que cada uno por sí mismo nunca hubieran conseguido, primero expulsar a los ladrones de la casa, y después formar una banda de música.

El cuento de los músicos de Bremen puede enseñar a los niños varios valores, tales como la amistad, la valentía, la perseverancia y la importancia de seguir sus sueños. También puede mostrarles cómo trabajar en equipo y ayudar a los demás puede llevar al éxito.

4) Ejemplo práctico: ayudar a tus hijos a crear relaciones positivas

En el caso de este cuento, la aplicación que te propongo es fomentar en los niños la creación de relaciones positivas con los demás para mejorar su resiliencia. Está demostrado que los niños que tienen fuertes relaciones con los demás (familia, compañeros, amigos, etc.) tienen una mejor resiliencia ante los problemas a los que se tengan que enfrentar. Un ejemplo es lo que ocurre en este cuento de “Los músicos de Bremen” donde un burro, un perro, un gato y un gallo se hacen amigos y juntos logran algo que cada uno por sí mismo nunca hubiera conseguido, expulsar a unos ladrones de una casa y unir sus sueños para lograr un objetivo común que es crear una banda de música para poder tener una vida enriquecedora y seguir siendo útiles. Combinan sus resiliencias individuales y crean una resiliencia de grupo, que es más fuerte que la de cada uno de ellos por separado. Existen varias formas de ayudar a los niños en este proceso de crear relaciones positivas con los demás:

  • Fomentar la comunicación abierta y el diálogo. Anime a los niños a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos con usted y con otras personas importantes en sus vidas. La comunicación abierta y el diálogo pueden ayudar a los niños a sentirse más seguros y cómodos compartiendo sus preocupaciones y problemas con los demás.
  • Proporcionar un ambiente seguro y de apoyo. Cree un ambiente seguro y acogedor para que los niños se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y sentimientos. Fomente un ambiente de apoyo en el hogar y en la escuela para ayudar a los niños a desarrollar relaciones saludables y resiliencia emocional. Al mismo tiempo, hay que desarrollar una red de apoyo familiar fuerte para que se sientan amparados y aceptados. En la escuela, hay que estar atentos al hecho de que ningún niño esté aislado. Las relaciones personales fortalecen la resiliencia de los niños si se les brinda apoyo social.
  • Apoyar la construcción de relaciones saludables. Ayude a los niños a identificar y establecer relaciones saludables y positivas con familiares, amigos y otras personas significativas en sus vidas. Fomente las relaciones que se basan en la confianza, el respeto y la empatía.
  • Hacer y tener amigos. Hay que enseñar y animar a los niños a hacer y tener amigos: en el colegio, en el vecindario, a través de actividades que les gusten como la práctica de un deporte colectivo, etc.
  • Enseñar a los niños a ayudar a los demás. Educar a los niños a ayudar a los demás puede fomentar la creación de relaciones positivas con sus semejantes. Identifica con los niños de qué forma pueden ayudar a los demás: tareas familiares que hacer en casa, ayudar en los estudios a algún compañero del colegio, ayudar a un compañero en un deporte colectivo, ayudar a integrar en un grupo a un niño que se siente aislado, etc. Podéis establecer el reto de hacer una buena obra al día, tanto padres como niños, y al final de la jornada que cada uno explique la buena obra que ha hecho hoy para ayudar a los demás.
  • Fomentar la resolución de conflictos con los demás. Enseñe a los niños habilidades para resolver conflictos de manera efectiva, como escuchar y comprender el punto de vista de los demás, expresar sus propias necesidades y sentimientos, y buscar soluciones de manera colaborativa.
  • Fomentar la resiliencia emocional. Ayude a los niños a desarrollar habilidades para manejar y regular sus emociones. Enséñeles técnicas como la respiración profunda, la meditación, el ejercicio y la escritura de diarios para ayudarlos a controlar sus emociones en situaciones estresantes.
  • Ser un modelo para seguir. Los niños aprenden a través de la observación y la imitación, por lo que es importante que usted sea un modelo para seguir positivo para ellos. Demuestre resiliencia y habilidades de resolución de problemas en su propia vida y en las relaciones con los demás para que los niños puedan aprender de su ejemplo.

5) Origen del cuento “Los músicos de Bremen”

Los músicos de Bremen es un cuento de los hermanos Grimm. Transcurre en la Baja Sajonia, en los alrededores de Bremen. La historia que se narra en el cuento es la de cuatro animales: un burro, un perro, un gato y un gallo que viven en el poblado de Dibbsersen, en la Baja Sajonia de Alemania. Sus dueños han decidido sacrificarlos debido a su vejez, considerando que ya no les son útiles para el servicio doméstico. Los animales huyen de sus respectivas casas y, al conocerse, deciden iniciar un viaje hacia la ciudad de Bremen, conocida por su simpatía hacia los extranjeros. En su camino, llegan a una choza donde unos bandidos pernoctan. Para amedrentarlos y ocupar la vivienda, los animales forman una figura esperpéntica en la espalda de los bandidos, emitiendo los sonidos propios de su especie en unísono, lo que hace huir a los bandidos de terror. Este cuento es muy popular en la ciudad, que incluso colocó una estatua del grupo musical al lado del ayuntamiento. Los músicos, junto con el Roland de Bremen, son el emblema de la ciudad1.

Este artículo es uno de los capítulos del libro “Educa en valores a tus hijos y conviérteles en Superhéroes” que es un manual para asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros hijos mediante el fomento y desarrollo de sus valores fundamentales.

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© Virgilio Postigo Cubo. 2023.

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Virgilio Postigo

Telecommunications Engineer based in Madrid, Spain. Interested in technology, writing, education, psychology, health, environment, and improvement of society.